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Champions

Mendy, el falso nueve inesperado

El francés provocó la roja e hizo el gol, en un partido marcado por la aparición de Isco en el once titular

Isco, una de las últimas opciones de Zidane en su gestión de la plantilla, emergió en el once en Bérgamo . En una situación normal, sin nueve jugadores lesionados y un rival tan ofensivo delante, hubiera sonado a bombazo, pero no tenía mucha más elección el técnico francés. El andaluz dejó de ser el ojito derecho de Zidane hace ya mucho tiempo, justo cuando fue cazado a principios de temporada por una cámara de televisión criticando el modo de gestionar sus minutos sobre el verde, pero para ser justo no es esta la única ni la razón principal de su ostracismo.

A Isco hace tiempo que la camiseta del Real Madrid le queda aparentemente grande, y no por falta de cualidades. Tocó cima en los cuatro meses que Lopetegui estuvo en el banquillo del Real Madrid, pero desde noviembre de 2018, ya con Solari en el banquillo, de Isco no quedan ni las cenizas de aquel mágico jugador que fichó por el Real Madrid en el verano de 2013. Pasado de peso en muchas ocasiones, falto de ganas y apático en otras tantas, y alejado de un vestuario en el que apenas tiene amigos ni confidentes.

Pero el fútbol siempre te ofrece una oportunidad cuando menos te lo esperas, y eso sucedió anoche en Champions . Isco al verde, de titular, en un híbrido entre cuarto centrocampista y falso nueve. Era su quinta aparición en el once inicial en toda la temporada. La última, hace un mes en Alcoy, en aquel ridículo del Madrid, incapaz de eliminar a un Segunda B en Copa, incluso jugando con un futbolista más durante toda la prórroga.

Anoche, ante un equipo de bastante mayor entidad y en una competición en la que las caretas no tapan carencias, Isco mostró otro tono y mayor personalidad: «Buscaba que jugara entre líneas y le diera profundidad al equipo con la velocidad de Vinicius y Asensio, pero con la expulsión ha sido un partido diferente. Creo que lo ha hecho muy bien en una posición que no es la suya», explicó Zidane.

Se movió Isco con generosidad entre líneas, insistió en la presión en bloque alto, cayó a banda e hizo de delantero centro cuando la jugada lo requería, pero no le acompañó la suerte. Un reverso dentro del área seguido de disparo repelido por Romero a córner fue su única ocasión para ver portería, pero no su mejor acción. Mediada la primera mitad, un pase filtrado a Vinicius , con caño incluido a su oponente, dejó al brasileño solo ante Gollini, pero ya sabemos cómo suelen acabar esos mano a mano del suramericano.

Más allá de Isco, el partido dejó un ejercicio de impotencia del Real Madrid, incapaz de superar a un equipo que jugó con un futbolista menos durante 75 minutos y cuyo delantero estrella, Zapata , se marchó lesionado a la media hora del encuentro. Tuvo que aparecer un protagonista inesperado para poner orden a la eliminatoria: «Estoy muy contento. Todavía no me creo que sea verdad porque es mi primer gol en la Champions«, aseguraba Mendy feliz, tanto como Zidane desde el banquillo celebrando el tanto de su compatriota con una sonrisa pícara

Dejó Mendy varios destellos durante el partido que parecían más propios del mejor Marcelo que del lateral francés, pero su mejor locura, disparar desde el balcón del área con su pierna mala, la derecha, le otorgó un resultado de oro para los blancos de cara a la vuelta en Valdebebas. Él provocó la roja de Freuler y él dio la victoria. El falso nueve era Mendy, no Isco.

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