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Real Madrid

Bale, del ostracismo al reconocimiento

Defenestrado durante cuatro meses, perseguido mediáticamente, el galés quiere silenciar bocas y ganarse el respeto en el campo

Tomás González-Martín

Se siente molesto por la imagen que se ha dado de él a lo largo del tiempo. Las fotos que se emitían de Gareth Bale le mostraban con guantes de golf y un «hierro 2», como si fuera un jubilado de oro en Pozuelo de ... Alarcón. El galés quería jugar, pero no le ponían en el once y le señalaban con las cosas que hacía en sus horas de asueto. Le descartaban para los partidos y también le perseguían en un «green». Una vigilancia mediática que no se realizaba a otros compañeros o rivales. Se sentía en la diana , el patito feo al que todos podían vapulear. Deseaba saltar al campo y demostrar que es un futbolista válido para el Real Madrid, como lo ha sido durante seis años, pero no tenía opción.

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