'Los otros Niemann': de motores en bici a usar el metro en un maratón, las trampas más sonadas de la historia del deporte

El joven ajedrecista ha sido acusado de hacer trampas en una partida... pero antes que él ya lo hicieron muchos otros

El ajedrez, amenazado por las trampas: un informe destruye la carrera de Niemann, de 19 años

Lance Armstrong, uno de los casos de engaño más sonados AFP

El mundo del ajedrez vive días convulsos después de que se haya destapado el escándalo de las presuntas trampas del joven estadounidense Hans Niemann. Tras la denuncia inicial de Magnus Carlsen, actual mejor ajedrecista del mundo, un informe ha desvelado decenas de partidas en ... las que supuestamente Niemann habría cometido irregularidades para ganar.

A sus 19 años, y dada la gravedad de las acusaciones, el estadounidense ha visto cómo su antes prometedora carrera como futuro rey del ajedrez ha saltado por los aires casi antes de empezar. Sin embargo, Niemann no es el único que a lo largo de la historia empleó malas artes para llegar por la vía rápida al éxito.

Lance Armstrong, trampas más allá del dopaje

Al famoso ciclista estadounidense le despojaron de sus 7 Tours de Francia cuando admitió que se había dopado. Sin embargo, no es la única trampa de la carrera de Armstrong: en 2021 se le acusó de haber corrido con pequeños motores en sus bicicletas.

Puños casi de acero

En 1983, el boxeador estadounidense Luis Resto protagonizó otro de los escándalos que más se recuerdan en el país norteamericano. Durante un combate contra Collins le provocó a este heridas tan exageradas que se decidió investigar: había peleado con refuerzo de yeso en sus guantes.

Yo, Tonya

El caso de las patinadoras, cuya historia fue incluso llevada al cine, no es tanto un problema de trampas durante la competición sino más bien un asunto de juego muy sucio: el entorno de Tonya contrató a alguien para intentar romperle la pierna a su rival y lograr así vencer el campeonato nacional de 1994, lo que sucedió.

Una trampa moralmente muy cuestionable

En España también hemos sufrido algún episodio de vergüenza deportiva, como el protagonizado por la Real Federación Española de Deportes para Discapacitados Intelectuales. Ocurrió durante los Juegos de Sidney, cuando el gran equipo de baloncesto español resultó ser un fraude: ninguno de los componentes, excepto dos, tenía discapacidad.

Tecnología punta en 1976

Boris Onischenko, esgrimista de la antigua Unión Soviética, acudió a los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 para tratar de hacer historia. Y vaya si la hizo. Durante un combate los jueces detectaron que estaban subiendo al marcador golpes que el tirador no había efectuado sobre su contrincante -los puntos se marcan por contacto gracias a un sensor en el florete-. Al investigar, descubrieron que tenía un dispositivo para trucar las puntaciones y fue expulsado.

Un maratón a bordo del metro

Rosie Ruiz, atleta cubana, hizo historia en 1980 al conquistar la maratón de Boston con un tiempo muy inferior al que había conseguido en la vecina maratón de Nueva York. Toda una proeza que la encumbró hasta que su ausencia en documentos gráficos de la carrera levantó las sospechas: se terminó demostrando que había recorrido gran parte del trazado de la mítica prueba en metro.

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