MOTO3 - gran premio de Indonesia

José Antonio Rueda, el admirador de Jorge Lorenzo que quería ser como Rayo McQueen

PERFIL

El sevillano se convierte en campeón de Moto3 a falta de cuatro carreras para que termine el Mundial

Mandalika se le resiste a Marc Márquez y Aldeguer roza el triunfo en la esprint

José Antonio Rueda celebra su victoria en Misano EFE

Casi no levantaba un palmo del suelo y su abuela Joaquina le regaló una moto. Tenía tres años pero ya desde que logró ponerse en pie le llamaba la atención una pequeña motocicleta que conducía su padre para hacer pequeñas rutas. Nadie imaginaba que ... 16 años después sería el primer andaluz en coronarse campeón del Mundo de Moto3. José Antonio Rueda completó en Mandalika una temporada de ensueño tras llegar al circuito indonesio acumulando ocho victorias (Tailandia, Austin, Jerez, Le Mans, Silverstone, Assen, República Checha y Misano), dos segundos puestos (Montmeló y Motegi) y otros dos terceros (Termas de Río Hondo y Sachsenring), once podios en 17 Grandes Premios. Aprovechó la primera bola de partido ante Piqueras, Quiles y David Muñoz. «Mi abuela me dice que gane pero que no corra», explica en las entrevistas en las que le preguntan por ella. Continuamente viajando, añora su puchero y las habichuelas que le preparaba cuando vivía en Palacios de Villafranca (Sevilla), lo ciudad de la que también han salido deportistas de renombre como Jesús Navas, Fabian Ruiz o Gavi. «Algo tendrán los tomates del pueblo», justifica divertido.

Amante del deporte, fue practicando diferentes disciplinas: Natación, kárate, fútbol, motos… «Fui descartando y me quedé con las motos, que era lo que más me gustaba y lo que mejor se me daba». Ahí empezaron los sacrificios de la familia, consciente del talento del pequeño José Antonio. «Se han dejado hasta de pagar las letras de la casa para poder ir a entrenar con él. Yo trabajaba de chófer de camión. Ha habido días en los que hemos tenido que comer con mi madre o con mi suegra», recuerda Gustavo Rueda, padre del campeón, mientras que Almudena Ruiz, la madre, desvela que «nunca hemos tenido fines de semana ni vida social; siempre hay entrenamiento, entrenamiento, entrenamiento». Este domingo, los dos estaban en Mandalika, aunque Gustavo se sentaba de espaldas a la meta en la tribuna del circuito.

José Antonio soñaba entonces con ser como 'Rayo McQueen', un automóvil de carreras prosopopéyico protagonista de las películas de 'Cars'. De ahí le viene el apodo que le acompaña desde que tiene uso de razón: R (erre). «Se juntan muchas cosas, mi admiración por Rayo McQueen, también que era rápido y que mis dos apellidos empiezan por erre», explica. Empezó a destacar y se convirtió en el primer piloto en ganar el mismo año (2022) el FIM CEV Moto3 Junior World Championship y la Red Bull MotoGP Rookies Cup. Un éxito que le catapultó al Mundial de Moto3 bajo el paraguas de Red Bull KTM Ajo, aunque el camino no estuvo exento de sufrimiento.

En septiembre de 2021 entró en el CAR de Sant Cugat (Barcelona), un centro de alto rendimiento ubicado a mil kilómetros de su Sevilla natal. «Ha sido muy duro estar alejado de la familia, a la que solo podía ver en fechas muy señaladas», destaca, aunque tiene claro que «si quieres tener resultados y ganar hay que aceptar este sufrimiento, es el camino». También conoció los riesgos de este deporte. En 2021 perdió a su íntimo amigo, Hugo Millán, en Motorland, cuando el piloto, de 14 años, sufrió una caída y un posterior atropello durante la European Talent Cup. A él pudo dedicarle su primer triunfo en la categoría de Moto3, el año pasado, en el mismo circuito aragonés en el que Millán perdió la vida. Poco después también podía conocer a su ídolo, Jorge Lorenzo, entonces comentarista en Dazn. Precisamente, el campeón balear tiene la culpa que Rueda luzca el '99' en su carenado.

«Me encantaba Jorge Lorenzo, por eso llevo el #99. También me gustaba mucho Stoner, pero a Lorenzo lo vi más. Lo que más me gustaba de él era eso de que era 'martillo y mantequilla' y es con lo que más me identifico yo en ese sentido porque creo que en Moto3 es muy difícil escaparse con tantos rebufos y tantas rectas y este año lo conseguí gracias a trabajar con ese ritmo», comentó. A pesar de su admiración por Lorenzo, el sevillano asegura tener su propio estilo: «Como piloto diría que soy muy disciplinado, tengo mucha constancia, disciplina. Y sobre todo, confianza en uno mismo. Como persona soy tranquilo y sé tomarme las cosas con bastante positividad, incluso cuando más cuesta».

Poco antes de ganar esa carrera el año pasado, vivió un momento complicado que afortunadamente pudo quedar en anécdota. Se corría en Texas y tras acabar en primera línea la Q2 empezó a sentirse indispuesto. Le detectaron una apendicitis de la que fue intervenido allí mismo. Era segundo en parrilla y no pudo salir a correr. «Antes de la crono me sentía regular. Cuando terminé, el dolor cada vez era más fuerte. Me lo detectaron y flipé con el hospital, todo era como en las películas americanas», recuerda. Y, siempre optimista, resume: «Me asusté, pero lo bueno es que ya no me puede pasar más».

A quien ha podido conocer y ver de cerca es a Marc Márquez, que también está entre sus referentes: «Si tuviera que decir top 3, pues diría que Marc primero, obviamente. Después te diría que Pecco, que ha sido un piloto un poco infravalorado en su tiempo. Que ha ganado dos títulos de MotoGP. Y tercero yo diría que Pedro Acosta, un piloto también del equipo, por todo lo que ha hecho y está haciendo con la KTM comparado con la Ducati». Y se deshace en elogios hacia el '93' de Ducati: «Yo diría que lo más bestia que le he visto hacer es el año que hizo con Gresini, el año pasado. De lo que hizo con esa moto, sabiendo la diferencia que había con las otras motos. Ya sabiendo un poco eso y toda su historia del brazo, todo lo que le pasó. Y claro, siendo Marc Márquez que en ese momento también. No es fácil decir que quiere seguir en MotoGP habiendo ganado ya todo lo que ha ganado. Otro se hubiera retirado. El don que tiene con lo que hace, con las motos que tenía antes de Honda y seguía ganando carreras, eso es impresionante».

Piloto de costumbres, anoche cenó con Álvaro Carpe y con Dani Muñoz. «Me rio mucho con ellos», reconoce, antes de asegurar que es un tipo normal, con aficiones comunes, y desvelar qué suele hacer para relajarse: «Pues me gustan, en general, todos los deportes. O sea, me gusta mirar todos los deportes. Miro baloncesto, miro tenis, miro pádel, de todo. Fórmula 1, Fórmula 3 también, que corre mi amigo Mari Boya... todo, todo. Todo lo que sea deporte me encanta verlo en la tele». Ahora le quedan cuatro carreras por delante: Australia, Malasia, Portugal y Valencia. Y sabe que el próximo año correrá en Moto2 después de que el Red Bulla KTM Ajo confirmara su ascenso de categoría.

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