Bradl, la regularidad como norma

Este rubio de cara de niño bueno y sonrisa fácil recordó esos veinte años entre uno y otro acontecimiento y subrayó también que hacía 18 temporadas que un alemán no conquistaba un Mundial. Lo hizo Raudies en 1993. Bradl destacó estas fechas históricas para resaltar que el motociclismo de su país debe recuperar la importancia que tuvo entre la década de los cincuenta y los ochenta . Es la cuarta nación por victorias en el palmarés intemporal, detrás de Italia, España y Gran Bretaña, con 180 triunfos, pero vive de aquellos éxitos pasados.

Stefan debutó en el campeonato en 2005 , justamente cuando tenía los 15 años necesarios para competir. Su regularidad le hizo ganarse un sitio. No es brillante, no tiene el talento de Márquez, nunca lo tendrá , pero es cerebral sobre la moto y esa capacidad de pensar en la pista le ha regalado un cetro que por éxitos debería ser para Marc.

Es un campeón labrado a fuerza de trabajo. No ganó su primer gran premio, en 125, hasta 2008, en Brno. Solo escuchó dos himnos en su honor en la división pequeña. El año pasado ascendió a Moto2. Se curtió. Ha sido en la campaña actual cuando demostró esa conjunción de experiencia y de constancia para adjudicarse el entorchado con un balance de cinco triunfos y once podios. Marc ha conseguido siete victorias y los mismos cajones. La diferencia estuvo en los “ceros” del español. Pagó la novatada. Estefan solo le ha vencido en experiencia.