Golf
La libreta mágica de Rahm en los torneos
Al igual que sucede con los copilotos en los rallies, las anotaciones de los caddies de golf en las vueltas de prácticas y de competición son claves para la estrategia de sus jugadores
Las ganas de Rahm le valieron ser segundo
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Iniciar sesiónMucha gente se pregunta por lo que tiene escrito Jon Rahm en la libreta que constantemente consulta cuando está en el campo de golf. Sin embargo, no hay ningún misterio que resolver. Se trata simplemente de las anotaciones que todos los jugadores llevan encima ... después de que sus caddies se las hayan proporcionado en los primeros días de prácticas. «Yo suelo llegar un par de días antes al campo y me lo recorro a fondo para medir las distancias y controlar los lugares de peligro. Luego, en cuanto me junto con mi jugador, ponemos los datos en conjunto», explica Íñigo Urquizu, asistente profesional desde hace once años en el Circuito Europeo.
Los más veteranos suelen cotejar estos datos con los que tienen de años anteriores, como comenta Pello Iguarán, el único español que ha ganado un major llevando una bolsa, en este caso la de Francesco Molinari en el British de 2018. «Cuando llego a un campeonato tengo las notas de años anteriores y reviso las líneas en los 'tees' con las diferentes opciones de distancias y estrategias. Luego, normalmente tenemos las posiciones de las banderas que se han jugado en años anteriores. Así, si hay cambios lo adaptamos a cómo estén las condiciones de la semana en la que jugamos».
En el caso concreto de Adam Hayes, el ayudante de Rahm, es muy importante su experiencia y conocimiento de los campos del PGA Tour y de los grandes, que lleva recorriendo desde el año 2000. «Para mí es fundamental guardar las libretas de un torneo para otro, porque aunque siempre hay cambios en los diseños de los hoyos, son una buena referencia para estudiar la estrategia en los primeros días. Yo las conservo todas desde que soy profesional y me han venido muy bien a lo largo de mi carrera. De hecho, aquí tengo las de las ediciones de 2006 y 2014 (nos contaba en el pasado Open Británico de Liverpool) y les echo un vistazo para comparar no solo los golpes que se pegaban entonces sino las condiciones de viento o lluvia en cada jornada».
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«Lo que no siempre se sabe es que el librito de las anotaciones es igual para todos los jugadores, pues «las agendas del PGA Tour o del European Tour son muy parecidas; los hace una empresa profesional que se dedica a eso y son muy completos», indica Iguarán. Allí se detallan las medidas desde las salidas, las zonas a evitar y, en los greens, también las caídas y mejores zonas para jugar el siguiente golpe.
Posteriormente, ya cada uno va escribiendo sus propias consideraciones según avanza la semana. Y ahí ya sí que cada golfista es un mundo, tanto a la hora de anotar como de exigirle los datos a su auxiliar. «Estos datos a veces los intercambiamos con el jugador, pero solo los necesarios para el juego de ese día en concreto. En mi caso el más exigente fue Nacho Garrido, que era muy metódico y requería mucha información en la misma vuelta y también al acabar para preparar bien los entrenamientos futuros y sacar el mejor rendimiento», prosigue Iguarán.
Rahm, muy meticuloso
En esa línea de exigencia se encuentra también Rahm. «Él lleva sus anotaciones y yo las mías. Las chequeamos siempre en cada golpe, ya sea en prácticas o competición. Medimos en metros y Jon es muy escrupuloso con esto, pues está más cómodo así. Es la medida con la que ha crecido y la que tiene interiorizada», descubre Hayes, para quien «no es ningún esfuerzo medir en metros y no en yardas; son solo cifras».
Lo que sí sorprende en un jugador tan clásico como el de Barrica es verle de vez en cuando utilizando los láseres. «En los entrenamientos a veces los usamos para comprobar las distancias, pero realmente no cambian mucho de las referencias que ya tenemos tomadas a mano. A mí, personalmente, no me aportan mucho, pero si facilitan el ritmo de juego me parece bien que se utilicen. Se ha visto en el PGA Championship (donde están permitidos) y no veo que retrasen el juego más que en el resto de torneos. Pero como no es decisión mía autorizarlos, que cada organización haga lo que considere oportuno», señala Adam.
Y la pregunta del millón, para el hombre que más horas pasa con Rahm desde 2016, es si Jon es un jefe exigente. «Bueno, ni más ni menos que otros con los que he trabajado. Cada golfista tiene su personalidad y en lo que todos coinciden es en que te quieren ver trabajar con profesionalidad y que les des la información correcta. Luego ya tendrás más afinidad con unos o con otros, pero lo importante es ser serio en tu trabajo». Y con una buena libreta a mano, mucho más.
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