La letra pequeña del megacontrato de Jon Rahm: lo mejor de los dos mundos

Lo que hasta hace tres semanas, en su último torneo de Dubái, había sido un no rotundo a este circuito (según él contradiría la historia de este deporte al jugarse sólo 54 hoyos, con un plantel reducido y sin corte) ahora es una oportunidad de hacer época, merced a un complemento por equipos que hoy por hoy no interesa a nadie y parece la única excusa para justificar una millonaria salida del PGA Tour. Siempre había dicho sentirse atado a ellos por todo lo que le habían dado, igual que al Circuito Europeo por evidentes lazos culturales. Si hay otros motivos ocultos (como puede ser castigar a los americanos por no informarle de sus negociaciones de fusión con el LIV y así torpedear el acuerdo) será algo que se verá con el tiempo.

Cuando hace tres años se disputaron los primeros torneos de la liga saudí se acusó a las primeras estrellas en apuntarse (Phil Mickelson, Sergio García o Dustin Johnson) de buscarse una jubilación de lujo al jugar pocos torneos obscenamente pagados y en un ambiente de prueba amateur (salida al tiro, con música en los hoyos y vestidos con pantalón corto).

Para 2024 el calendario es de doce pruebas mixtas (individuales y por equipos) y dos más únicamente de grupos. El ser capitán de otros tres compañeros es el motivo que al parecer le ha hecho cambiar la visión que antes tenía.

El vizcaíno ha jugado en los últimos dos cursos veinticuatro semanas en solitario y otra en la Ryder Cup de Roma como acción colectiva. Es decir, que con su nuevo contrato va a descansar el doble de lo que ha hecho recientemente sin renunciar a lo que hasta ahora habían sido sus grandes retos: los 'majors', los Juegos Olímpicos, la Ryder y el Open de España.

Aunque la normativa actual del PGA Tourprohíbe a los disidentes participar de por vida en eventos que organicen ellos, sus victorias en el Masters y el Open USA le garantizan su presencia en los grandes para las próximas temporadas. En Augusta de por vida, en el US Open hasta 2031 y en los otros dos (PGA Championship y Open Británico) hasta el 27. En cuanto a la cita de París 24, ahora mismo es primero del ránking (número 3) y tendría que bajar del cien en los próximos seis meses para quedarse fuera. Impensable, sobre todo porque, por mucho que no puntúe en los torneos del LIV (ahora mismo están fuera del sistema mundial de tanteo), en los cuatro grandes y en las citas del European Tour que decidiera jugar sí que lo haría.

Hay que recordar que los golfistas del viejo continente ya no tienen vetada su participación en los torneos del fondo árabe siempre y cuando paguen una multa a su regreso. Es el caso de Bernd Wiesberger, que después de un año se ha reincorporado por un millón y medio de dólares de castigo que le ha pagado el propio LIV. Es decir, que la Ryder tampoco peligra porque los torneos de las Rolex Series y España también entrarían en sus planes. Así que, de veinte a veintidós semanas y sin apenas estrés en la mitad de ellas, también dan pie a entenderle.