Juegos, Eurocopa y el renacer de los grandes: retos y desafíos del deporte español para 2024

«Estamos preparados para competir por lo máximo, porque ganar solo gana uno», dice en una entrevista en ABC el seleccionador español de fútbol, Luis de la Fuente. Y esa declaración sirve para todo y para nada al mismo tiempo con la Eurocopa de Alemania a la vista (14 de junio al 14 de julio). España aspira en el verano a revalidar su prestigio en esta competición, que lidera junto en el palmarés junto a Alemania. Después de 16 ediciones, la selección es el país que más veces ha ganado (tres, en 1964, 2008 y 2012) emparejado con los germanos (1972, 1980 y 1996). España fue subcampeona en 1984 (el gol de Platini por los brazos de Arkonada) y Alemania en tres ocasiones (1976, 1992 y 2008). Países de gran tradición como Inglaterra o Bélgica nunca conquistaron el campeonato.

Luis de la Fuente, un señor educado y con modales alejado de la bravuconería de Luis Enrique, es el guía de la selección para la Euro. Especialista en torneos cortos, experto en selecciones (entrenó a clubes de la antigua Segunda B, Alavés, Bilbao Athletic, Aurrerá) desde su ingreso en la FEF en 2013, aspira a un cuarto entorchado del equipo nacional. Tiene una idea de juego (fútbol al toque, ritmo alto y presión defensiva) y una columna vertebral (Unai Simón, Le Normand, Rodri, Morata...) que ha otorgado réditos: la Nations League y una clasificación sin sobresaltos para la Euro.

El sorteo no fue benévolo con España. Debutará el 15 de junio contra Croacia, finalista en el Mundial de Rusia y semifinalista en el de Qatar, siempre Modric al mando. Seguirá el 24 de junio frente a Italia, último campeón de la Eurocopa, aunque en horas bajas, Jorginho y Chiesa como linternas. Terminará el grupo B ante Albania el 24. Hay colchón, clasifican los dos mejores de los seis grupos y los cuatro mejores terceros con más puntos y promedio de goles.

Llegan los Juegos Olímpicos a París (26 de julio al 11 de agosto) y los deportistas de nuestro país se preparan para mejorar la estadística. España ocupa el puesto 25 en una lista de 137 naciones que han conseguido medalla durante todos los Juegos de la historia. Hay dos Españas olímpicas, en verdad. Antes (26 medallas) y después de Barcelona 92 (143), cuando el deporte español progresó hacia la modernidad. Desde aquella cita en la Ciudad Condal, obtiene un promedio de 17,8 metales cada cuatro años. Y en los últimos tiempos, el caladero proviene de la marcha, la vela y las competiciones en agua. También ahora las aspiraciones, a siete meses vista.

Los pronósticos sirven de poco en unos Juegos. Siempre surgen voces desconocidas que muestran el fruto del trabajo silencioso, anónimo. Maialen Chourraut, en aguas bravas, Maider Unda, en lucha libre, o Carlos Coloma, en bici de montaña, pueden servir de ejemplo de deportistas sin espacio en el foro público que, en dos semanas y media de Juegos, alcanzan la excelencia y vuelven al modo incógnito.

Pueden anotarse predicciones ilusionantes, como Fran Garrigós, judoca campeón del mundo y europeo en 2023; Alberto Ginés, el hombre araña campeón olímpico en Tokio que aspira a repetir en París; o Adriana Cerezo, taekwondista oro en Tokio y en el último Europeo.

Están luego los marchadores, atletas que han propagado en España la tradición que inauguró Jordi Llopart en los Juegos de Moscú 80. ÁlvaroMartín y María Pérez son campeones del mundo. En atletismo, deporte rey por unos días, se puede esperar algo grande de Mohamed Katir. Lo mismo que cualquiera de los piragüistas o remeros, ejemplos de máximo nivel desde tiempo inmemorial con Herminio Menéndez, David Cal y Saúl Craviotto.

Carlos Alcaraz ha declarado que le interesan más los Juegos que cualquier torneo este año. Y en esa búsqueda de sí mismos cabe incluir a Rafa Nadal o Carolina Marín.

Nada más cierto que esa afirmación de Rafa Nadal, por una vez en modo reivindicativo. «No merezco terminar así, en una rueda de prensa». Desde que anticipó su retirada (18 de mayo de 2023) hasta este enero en Australia donde ha reaparecido, el balear ha seguido su otra rutina: recuperarse de una lesión. Quizá sea el último regreso porque, según deslizó el tenista, «tal vez sea mi último año». Con 37 años y un palmarés formidable (22 Grand Slam -14 Roland Garros, dos Wimbledon, dos Australia y cuatro US Open-), Nadal aspira a ser competitivo en su último baile.

El bádminton está en el radar del deporte español porque Carolina Marín decidió un día apuntarse con una amiga a extraescolares. Tres Mundiales, siete europeos y un oro olímpico en Río 2016 jalonan la trayectoria de esta guerrera castigada por las lesiones que ya cumplió los 30 años. Dos fracturas de ligamento cruzado, dos rodillas destrozadas y muchos meses a oscuras en la recuperación han devuelto a Carolina al primer plano. Ahora número tres del mundo, aspira al oro en los Juegos Olímpicos de París.

Nunca hasta la fecha la selección femenina de fútbol ha concursado en unos Juegos Olímpicos. Pero nunca hasta el pasado verano había levantado un trofeo de campanillas, el Mundial que conquistó en Australia. Descompuesto el sabor de ese éxito por el beso de Rubiales a Jenni Hermoso, la selección se ha convertido en un fetiche para los aficionados, símbolo del deporte femenino. En la Nations League, cuya fase final se disputará del 21 al 28 de febrero, el grupo de Montse Tomé busca el billete para los Juegos de París.

Jon Rahm cambia de vida por 550 millones de euros en cuatro años. Su decisión, que tanto comentario generó, se sustenta en lo obvio para cualquier mortal: el poder del dinero. El golfista vasco se va a encontrar un circuito distinto, en el que podrá viajar con su familia, en torneos individuales y por equipos y sin la tensión de la alta competición. Solo recuperará su antigua vida en los grandes torneos. Podrá jugar el Masters (defiende título), el PGA, el Open Usa, el Open Británico, la Ryder y los Juegos Olímpicos.

El invierno en la Fórmula 1 se muestra más trascendental que el calendario de carreras. En esta época del año se fabrican los coches y se plasman las ideas de los ingenieros, que luego se traducen en décimas o segundos por vuelta. Fernando Alonso sueña que los cerebros de Aston Martin impulsen al coche verde con soluciones imaginativas. Después de 20 temporadas en la F1, con 42 años, el asturiano confía en aumentar la excelente cosecha de 2023: 8 podios. Queda la victoria 33 y, si Red Bull y Verstappen lo permiten, el anhelo de un tercer título que hoy se antoja muy difícil.

Hace más de dos años de la última victoria de Marc Márquez en MotoGP (24 de octubre de 2021) después de seis títulos mundiales en la máxima categoría con Honda, el equipo de su vida. En su afán por encontrar nuevos retos una vez que su carrera se ha estancado por las lesiones mal curadas y las caídas, Márquez correrá en 2024 con Ducati, en la moto satélite del equipo Gresini. En su primer ensayo en el circuito de Cheste en Valencia, ya fue más rápido que los pilotos de Ducati.