entrevista
Luis de la Fuente: «Si eres educado o respetuoso, parece que no tienes carisma»
El seleccionador español de fútbol ve 60 partidos a la semana, se fía de la intuición antes que de los datos y pondera a las buenas personas para jugar en el equipo nacional
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Las Rozas (Madrid)
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Iniciar sesiónHace justo un año Luis de la Fuente (Haro, La Rioja, 62 años) traspasó el umbral de la fama. Dejó atrás la selección sub 21 y fue presentado como sustituto de Luis Enrique. Seleccionador nacional de fútbol. El antiguo lateral se presenta risueño y ... afable a la entrevista con ABC, estrecha con fuerza la mano y rocía el preámbulo con jugosos chascarrillos de la vida y el fútbol.
-Lo suyo fue un salto del anonimato a la fama, ¿cómo lo ha procesado?
-Con mucha tranquilidad y naturalidad. Sabía dónde estaba, la responsabilidad tremenda que asumí, soy un hombre de fútbol, pero he descubierto muchos aspectos nuevos a los que he tenido que dar solución.
-¿Cuáles son esos aspectos nuevos?
-La repercusión mediática. Cualquier gesto o comentario tiene una repercusión tremenda. Jugué al fútbol muchos años, pero siempre estás guarecido en un equipo, un club. Eres uno más. Ahora eres la cabeza de un proyecto.
-Esa repercusión ha tumbado a muchos deportistas, la presión, la salud mental… ¿A usted cómo le afectó?
-Yo busco naturalidad, racionalidad, equilibrio. Todo esto es clave. Lo llevo con calma. Repito muchas veces esa palabra, tranquilidad. La experiencia de la vida te da otra visión sobre cualquier problema o situación. Tengo una edad, llevo muchos años en el fútbol. Suelo afrontar los momentos delicados con cautela. Nunca he sido eufórico en los momentos buenos ni depresivo en los malos.
-Pero ya no lee prensa. Y antes sí lo hacía…
-Ya no, ya no. Antes leía todo tipo de prensa, pero ahora me digo que no merece la pena. El que diga que es insensible a las críticas, miente. A todos nos pega el pellizco en el corazoncito. Voy a seguir haciendo igual mi trabajo, pero voy a vivir más tranquilo, y tomo decisiones con más independencia, y más seguridad, sin una influencia externa. Y preferí dejar de consumir periodismo para tener mejor rendimiento en mi trabajo.
-¿Ese perfil bajo es su personalidad o una actitud frente a lo que había antes, Luis Enrique?
-Yo soy así, ni pretendo cambiar ni impostar. Estoy cómodo así. Gustará más o menos, pero soy así, no busco aparentar nada.
-No le veremos haciendo un twitch en la Eurocopa…
-Ja. ja, ja. Si no tengo redes sociales, no me gustan. Me interesa otro tipo de información distinta a las redes.
-¿Duerme peor ahora que antes?
-Duermo poco y bien, cinco o seis horas. Duermo igual, con la conciencia muy tranquila.
-¿Quién era su futbolista favorito cuando era un adolescente?
-Yo vengo de un pueblo, Haro (La Rioja), y fui uno de los primeros jugadores no vascos que jugó en el Athletic porque mi padre era de Bilbao. Yo tuve dos ídolos, Johann Cruyff y Chechu Rojo. Y tuve la suerte de compartir vestuario con Rojo, mi ídolo, durante dos años. Yo jugaba de extremo izquierda y me reciclé a lateral. Era un chico de pueblo que llegó a la cumbre.
-¿Vuelve a su pueblo?
-Sí, sí, sí. Mi familia vive allí, mis hermanos, aunque uno falleció recientemente, mis sobrinos. Cada día valoro más regresar a Haro, es un remanso de paz, tranquilidad.
-¿Quién era su entrenador de referencia?
-Yo tuve 18 entrenadores en 15 años de profesional. Y mi referente en humanidad, conocimiento, manera de enseñar, es Iñaki Sáez. Además de mi entrenador, también le debo mucho porque me ayudó a entrar en la Federación. Le admiraba como persona. Tenía todos los valores a los que yo aspiro en la selección.
-Equilibrio, naturalidad, normalidad… ¿Se puede manejar así en el fútbol, que es una trituradora?
-Siempre he dicho que me gustaba que me hablaran a la inteligencia. Antes, en mi época de jugador hace treinta años, éramos más dóciles, nos decían tírate por un puente y nos tirábamos. Ahora los futbolistas no son así. Hay que convencerles. Yo hablo a su inteligencia, pero deben entender que hay normas inquebrantables, el respeto y el sentido de equipo. Si mantenemos eso por delante, todo irá bien.
-También habla de buenas personas, una anomalía en los mensajes del fútbol. ¿Antepone una buena persona a un buen futbolista?
-Para ser futbolista hay que jugar bien al fútbol, pero hay otros mil detalles más. Y esos mil detalles más son lo importante. Ser buen profesional, respetuoso, disciplinado, educado en la cultura del esfuerzo, buen compañero, solidario… Si no tienes esos detalles, no juegas. Muchas veces pasa, la gente se pregunta qué fue de aquel jugador que era tan bueno, el mejor, y nunca llegó. ¿Por qué se perdió? Por esos mil detalles más. Ser buena persona entra dentro de esos mil detalles más.
-Dos futbolistas que cumplen sus requisitos, uno es dócil y el otro…
-No, no, no, dócil no tiene nada que ver. Cumplir esos requisitos no es docilidad. Yo no quiero dóciles, sino competitivos, luchadores…
-La pregunta era, ¿prefiere un dócil o un guerrero?
-Quiero gente, ya sea más o menos dócil, que acepte de manera natural que esto es un trabajo de equipo. Y que la individualidad tiene que estar al servicio del equipo. Un vestuario potente tiene que funcionar así para cumplir sus objetivos.
-¿Usted tiende al buenismo?
-Si es así, me parece fenomenal. Esto no está reñido con la exigencia, la profesionalidad, el rigor. Se pueden conseguir objetivos de mejor manera desde el buenismo que de la otra manera, que es más desagradable. Pero ojo, la bondad no se puede confundir con la debilidad. ¿Quién no ha vivido situaciones de enfrentarse con alguien? Me ha sucedido con muchos jugadores. Pero llega un momento que dices, cómo puedo elegir, vienen los que suman. Es sumar y sumar, el que reste hasta luego. Una selección es diferente a un club. Y yo soy un especialista en selecciones. Un mal día en una clasificación con un jugador que desentone, un conflicto, te deja fuera. Lo he vivido. Haciendo uso de mis responsabilidades, en la selección tienen que estar todos los que no me generan dudas. Los que vienen son tan buenos futbolistas o mejores que otros a lo mejor con más tirón. A veces para ser carismático en esta sociedad tienen que ser un poco malaje, como dicen en Andalucía. Si eres educado o respetuoso, parece que no tienes carisma. Pues yo apuesto por este perfil.
-Se declara creyente practicante. ¿Qué le aporta Dios o la religión?
-He elegido tener fe, me aporta fuerza, seguridad, energía. Me gusta hablar de fe como de otras cosas. Sé lo que es estar alejado de la fe y libremente volver a ella. En una época de mi vida, estuve alejado y luego decidí lo contrario, porque descubrí algo que me invitó a tener fe. Me sorprende lo de la excepcionalidad de ser buena persona o tener fe. Son cuestiones naturales. En el fútbol hay mucha gente con fe a los que le da apuro decirlo. No sé por qué.
-¿Cómo va su plan de tener 48 millones de jugadores en un país de forofos de club y no de la selección?
-Ja, ja, ja. Estamos en ello. Es un proceso, pero estoy de acuerdo contigo. Es un país de clubes y cuesta engancharse a la selección. Son fechas muy concretas, el club es todo el año. Sí noto en la calle que la gente se vuelve a ilusionar. Aceptamos ser ese gran motor que tire de la afición, representamos a un país entero, somos un equipo cercano, queremos atender a los aficionados y que la gente viva más la selección.
-¿Cuántos partidos ve a la semana?
-Muchísimos, 40, 50, 60, no sé. No veo muchos partidos enteros, los 90 minutos, porque no tendría tiempo de hacer otra cosa. La idea es controlar a 60 o 70 jugadores, todas las semanas hay que verlos. Tenemos herramientas para ver solo el tiempo real, sin parones, otra solo con el partido de los jugadores que nos interesan.
-¿Elige a los jugadores por datos o por intuición?
-Los datos son solo datos. Un jugador da el 100 % de pases acertados, pero puede ser en zonas sin influencia, de cuatro metros, en tu campo. El dato hay que interpretarlo. Lo importante es el sexto sentido, la experiencia. Esa intuición de especialista en selección te permite observar detalles para elegir a los mejores.
-¿Qué detalles son esos?
-Lo primero es tu plan de juego, tu idea. Y tener claro los futbolistas que pueden plasmar esa idea. Una vez posees el bruto de los futbolistas, los detalles tienen que ver con la eficacia, si trabaja en fase defensiva, ofensiva, si ayuda o no…
-¿Por qué eliminaría a un futbolista de una lista?
-Todos hemos tenido algún conflicto con algún jugador. Y todos merecemos segundas y terceras oportunidades, todos. Yo soy injusto por mi trabajo, los 23 que dejamos fuera son tan buenos como los 23 convocados.
-¿No le cansa que le pregunten siempre por Sergio Ramos o Isco?
-Ja, ja, ja. Del Bosque tenía una gran frase: todos tenemos en nuestro pueblo a alguien que puede ir a la selección. En todos los partidos veo a jugadores que pueden ir a la selección. Cansar no, son noticias que no generan ningún beneficio para nadie, pero ahí están. Algún interés tendrán. Pero mi interés es único: el bien de la selección.
-¿Cómo ejerce su liderazgo, trata igual a todos los futbolistas, mensaje único, cada uno necesita su receta?
-La mayor injusticia es tratar a todos por igual. Cada uno se lo tiene que ganar y tiene su toque personal. A uno le tienes que empujar más, a otro más cariño… Todos son diferentes. Esa es la virtud de un entrenador. Lo más importante en este trabajo es la gestión de un vestuario. Lo otro es táctica, estrategia, inmediatez en la reacción.
-Se le ha visto un cuadro de crisis con la lesión de Gavi.
-Me afectó en el plano personal. Una persona a la que todos queremos muchísimo, que aporta una barbaridad al equipo se lesionó gravemente. Los dimes y diretes no me afectaron. Ni el Barça, ni con Xavi, todo lo contrario, ni con la familia de Gavi. Me entendieron, fue un accidente.
-Las futbolistas dicen que los futbolistas no las apoyan.
-En privado, en público y en la práctica estamos abiertos a colaborar en lo que necesiten y favorecer el desarrollo del fútbol femenino. Lo hemos hecho en diferentes situaciones. Para nada tengo esa impresión.
-Los aplausos a Rubiales en la Asamblea. ¿Lo lleva dentro, le sirvió para aprender, quiere que prescriba?
-Es un episodio de mi vida que doy por pasado. Fue un aprendizaje. Tan sencillo como que todos cometemos errores, me equivoqué, pedí perdón y pasé página. Aprendí para el futuro, pero no puedo hacer más.
-En la Eurocopa la selección…
-Estamos preparados para competir por lo máximo, porque ganar solo gana uno. Cuando das todo, te dejas la vida, no se puede hablar de fracaso si no ganas. El éxito ya sé lo que es, esa línea tan fina. A veces el rival te gana por un detalle. Haciendo todo bien, también puedes perder.
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