Golf

A Jon Rahm se le hace corto el LIV

El español pincha también en Hong Kong; no termina de tomarle el pulso a la liga saudí

Jon Rahm, durante el torneo de Hong Kong AFP

Nuria Pombo

10/03/2024
Actualizado a las 19:36h.

Con un cuarto de temporada ya celebrado, es buen momento para analizar el rendimiento de Jon Rahm en el LIV Golf. Su llegada a esta millonaria competición estuvo precedida por informaciones de todo tipo en lo relativo a la cantidad económica que percibiría ... y si su presencia acarrearía alguna de las modificaciones estructurales por las que tanto se le había criticado. El jugar con pantalón corto, salir todos al tiro, soportar los decibelios de una atronadora música a lo largo del recorrido o disputar torneos de sólo tres jornadas no eran circunstancias del agrado del bombardero de Barrica sólo unos meses atrás; por eso, se especulaba con que pudiera presionar a Greg Norman y su equipo para que equiparara más su liga a lo que todo el mundo estaba habituado.

Sin embargo, es fácil acostumbrarse a lo bueno. «Cada día que pasa me encuentro más a gusto en este circuito», declaró el vizcaíno. Lo que demuestra que sus reparos iniciales ya no tienen fundamento, al menos en lo relativo a todo lo adicional al propio juego. Porque si nos fijamos en la evolución de sus rondas (doce en lo que va de año) ha habido motivos más que suficientes para activar la señal de alarma, sobre todo pensando en que dentro de un mes tiene que defender su chaqueta verde de campeón del Masters de Augusta. Por momentos es capaz de sacar su mejor versión, con un gran juego de 'tee' a 'green' y un desempeño espectacular en los tapetes, donde a veces parecía no haber distancia imposible de embocar. Mas, en las cuatro citas disputadas ha dejado claro que ya no es capaz de cerrar los torneos como hacía antes. Hasta el curso precedente, ver a Rahm cerca de la cabeza en la última jornada era garantía de soñar con el título. Por lo visto hasta el torneo de ayer en Hong Kong, le están sobrando los tres últimos hoyos en los que pierde las opciones que por su calidad se había forjado.

Esta falta de consistencia final, siempre en la tercera jornada, deja claro que se ve sin capacidad de maniobra con respecto a su juego habitual. Vamos, que le falta ese cuarto y último día con el que siempre ha contado para rematar sus faenas. Es como cuando a un piloto de Fórmula 1, acostumbrado a correr durante 60 vueltas, se le propone una al esprint de solo veinte. No todos se adaptan a esa forma de competir. Volviendo al golf, aunque parezca banal, tener 72 hoyos por delante o únicamente 54 provoca una diferencia estratégica, pues hay un margen mucho menor para el error y, consecuentemente, para las remontadas.

Sea esa la razón o no de que Rahm todavía no haya estado en disposición de ganar, esos agujeros postreros se le atragantan. Esto no significa que estadísticamente su temporada sea mala, pues es el único de todo el circuito que ha acabado los cuatro torneos en el top 10 y eso lo ha catapultado hasta la segunda plaza del 'ranking' absoluto, solo por detrás del intratable Joaquín Niemann, que ya acumula dos trofeos en su palmarés. Es decir, que el paso de Rahm en el LIV no está siendo ni bueno ni malo, sino todo lo contrario.