Fútbol
Extorsiones, amenazas, reventa y asesinatos: el mafioso negocio de los ultras que tiene contra las cuerdas al Inter y el Milan
«Tenemos que dejar de fingir que no pasó nada», afirma el fiscal italiano antimafia. Hay 19 ultras detenidos y unas sesenta personas investigadas
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Iniciar sesiónEl fútbol italiano vive un terremoto tras el escándalo de los ultras de Milán e Inter. Ahora corren un grave riesgo, porque los dos clubes están sometidos a medidas de prevención y deberán hacer limpieza de las actividades criminales y mafiosas de los jefes ultras, ... además de mejorar su organización. De lo contrario, los dos equipos podrían ser sometidos a una administración judicial, con un comisario en cada club para que haga esa limpieza.
Las fuerzas de seguridad detuvieron el lunes a 19 ultras del Inter y Milan, los jefes de las curvas norte y sur, respectivamente (16 están en prisión y tres en arresto domiciliario). Se les acusa de asociación criminal, violencia y extorsión, y en el caso de los ultras del Inter existe el agravante de conexión con la 'Nderangheta', la mafia calabresa.
Tenían montado un negocio mafioso alrededor del estadio de San Siro, donde juegan el Inter y el Milan. Su extorsión involucra a los aparcamientos; amenazaban a bares y gestionaban la venta de productos y la reventa de entradas. De la violencia de estos grupos da idea el hecho de que dos jefes de los ultras del Inter fueron asesinados en dos años; el último fue a inicios de septiembre: Antonio Bellocco, 36 años, ligado a la 'Ndrangheta', murió apuñalado, siendo detenido Andrea Beretta, un jefe de la Curva Norte del Inter.
En total, las personas investigadas son unas sesenta, incluidas las 19 detenidas. Sus casas fueron registradas por orden judicial. También fueron inspeccionados los domicilios de Mauro Russo y de su hermano Aldo, el primero es socio de Paolo Maldini y de Christian Vieri; y Aldo Ruso es cuñado del histórico capitán del Milan.
Escenarios inquietantes
De la lectura de las 568 páginas de la ordenanza para las detenciones y con las medidas cautelares dispuestas por el juez de instrucción de Milán Domenico Santoro, surgen «escenarios inquietantes» sobre el estado de las relaciones entre los clubes milaneses y los sectores más extremos de la afición, que se han transformado en verdaderas asociaciones criminales, en conexión incluso con la mafia.
Los jefes ultras se movían a su aire ante el silencio de los clubes, según el juez de instrucción Santoro. Ese silencio se acompañaba a menudo de colaboración en el tema de las entradas. En los últimos años, tanto el Inter como el Milan han «complacido» los deseos de los grupos que se hacían con billetes que después revendían por sumas elevadas. El magistrado subraya que los ultras actuaban en «una situación de silencio comparable al que las organizaciones de tipo mafioso son capaces de generar en el territorio controlado por ellos».
La investigación que se ha abierto tiene un «valor emblemático». Así se puso de relieve en la rueda de prensa mantenida en la Fiscalía de Milán, con la participación del fiscal nacional antimafia, Giovanni Melillo. «Esta operación nos obliga a abrir los ojos a una realidad de riesgos evidentes, desde hace mucho tiempo, de deriva criminal en los estadios italianos y de condicionamiento criminal de la vida de las sociedades deportivas», afirmó Giovanni Melillo.
La Fiscalía Nacional Antimafia puso en marcha «una unidad de investigación sobre este condicionamiento criminal de las actividades deportivas y sobre la propaganda antisemita y racista en los estadios. «Tenemos que dejar de fingir que no pasó nada», sentenció el fiscal nacional antimafia.
Negocio criminal y mafioso
Los jefes de los ultras que gestionaban los negocios criminales tienen nombres y apellidos. Estos son los principales, según la Fiscalía de Milán: En la Curva Norte del Inter dominaban Marco Ferdico, Andrea Beretta y Antonio Bellocco; y Luca Lucci en la Cueva Sur del Milan. La trama era tal que también habían acordado dividirse, por ejemplo, el dinero de las entradas para la final de la Liga de Campeones de 2023, llegara quien llegara después de la semifinal entre Inter y Milán.
Los jefes ultras ejercían sus presiones al máximo nivel. En el caso del Inter, se dirigía incluso hacia el entrenador, Simone Inzaghi, y a los jugadores. «Tras fuertes presiones, la Curva Norte del Inter consiguió 1.500 entradas para la final», afirman los investigadores. También a Inzaghi se le exigieron más entradas para esa final. En el estadio de San Siro muchos ultras entraban sin billete, después de fuertes amenazas a los porteros y vigilantes, «una situación -subraya la Fiscalía de Milán- que se prolonga desde hace años y que nadie parece poder remediar».
Para la Fiscalia, los datos que emergen de la investigación «son suficientes para hacer comprender que el fútbol a los jefes ultras les importaba mucho menos que sus actividades criminales que giraban alrededor del estadio de San Siro».
Un jefe ultra que dictaba las reglas siguiendo las pautas de la 'Ndreangheta', según la Fiscalía, era el citado Antonio Belloco, sobrino del jefe de San Ferdinando, municipio de 4.500 habitantes en la provincia de Reggio Calabria. Belloco fue asesinado el 4 de septiembre a manos de su antiguo amigo Beretta. Lo mismo le ocurrió dos años antes a otro jefe ultra: Vittorio Boiocchi fue asesinado a tiros delante de su casa antes del partido Inter-Sampdoria. Son historias que, según el fiscal nacional antimafia Giovanni Melillo, ponen de manifiesto una «deriva criminal en los estadios».
Riesgo para el Inter y el Milan
Es mucho el riesgo que corren ahora el Inter y el Milan. Los dos clubes se han puesto inmediatamente a disposición de los investigadores para colaborar con cualquier documentación e información que soliciten. Pero el panorama que surge de la investigación exhaustiva y detallada de la Fiscalía de Milán es muy preocupante. El estadio de San Siro y las actividades relacionadas con él están «fuera de cualquier control de legalidad», debido también a «algunas deficiencias organizativas», asegura la Fiscalía. Los clubes están ahora sometidos a medidas de prevención y deberán mejorar su organización.
Los investigadores han precisado que Inter y Milan deben ser considerados perjudicados y que no hay indagados entre sus directivos, pero se añade que también es cierto que aún podría haber repercusiones de carácter deportivo y/o administrativo. El poner a ambos clubes bajo administración judicial, con la designación de un comisario en cada equipo, sería una medida extrema, que todavía no se ha planteado.
Por ahora, los investigadores pretenden comprobar si el Inter y el Milán han hecho todo lo posible para evitar las presiones indebidas de los ultras y si persisten deficiencias, como las que ha puesto de manifiesto la investigación en curso, en la gestión de algunas actividades. Consideran los investigadores que esas deficiencias pueden poner en peligro, por un lado, la plena autonomía del club y, por otro, la seguridad de los espectadores.
En principio, el que más riesgo corre es el Inter. Lo que parece claro, según destacan los medios italianos, es que si en los próximos meses no aumentan los controles y mejoran su organización, el Inter y el Milán corren el riesgo de verse bajo la administración de un comisario, sobre todo el club 'nerazzurro', para poner orden y hacer limpieza de la corrupción y negocio criminal de los jefes ultras. Obviamente, en el deseo de Inter y Milán está mejorar su organización para evitar esa medida extrema.
«El fútbol, herido»
«El fútbol sale herido», ha dicho con preocupación el presidente de la Federación Italiana de Fútbol, Massimo Gravina. «Estamos disponibles -añadió el máximo dirigente del fútbol italiano-; las energías y las fuerzas deben unirse y apuntar en la misma dirección, incluso si el mundo del fútbol no tiene las herramientas policiales a su disposición. Pero, ciertamente, el uso de la tecnología para la identificación de todas las personas dentro de un estadio ya no se puede posponer».
«Esta investigación respalda la necesidad en el mundo del fútbol de ver expulsadas las personas que no pueden participar en el disfrute de un espectáculo», subrayó Massimo Gravina. Sobre lo que arriesgan los clubes, el presidente de la Federación de Fútbol concluyó: «No tenemos idea, la fiscalía deportiva federal ha solicitado los documentos, cuando los tenga hará sus investigaciones, pero yo sería muy cauteloso».
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