Se va Jordi Cruyff, el último testigo de Laporta

De momento, en la despedida, todo han sido buenas palabras, pero para conocer el alcance real de la ruptura hará falta esperar al destino profesional de Jordi, que podría mantenerse en cierto modo vinculado al Barcelona, por ejemplo desde Israel, un país que conoce bien, o irse con Mateu Alemany al Aston Villa. O a cualquier otro equipo. Vaya donde vaya será bajo la lógica del mucho dinero que necesita para mantener su tren de vida y el de sus hijos y esposa, y para proteger a su madre.

Lo que de momento queda claro es el hartazgo de Jordi con las prácticas del presidente y de sus amigos, y más concretamente con las continuas interferencias de Enric Massip, que sin ser un factor determinante, también han influido en la marcha del pequeño de los Cruyff.

El exjugador de balonmano publicaba ayer este tuit: «Equipazo, hemos hecho un equipo increíble, tanto en lo profesional como en lo personal. Imborrable relación de amistad, respeto y compromiso. Cada viaje, cada charla, con las risas, sentados siempre de izquierda a derecha Enric, Jordi y Mateu..Amigos para siempre! Os Quiero!». Francamente sonaba a excusa no pedida. Si tan equipazo era, y tanto compromiso hay, ¿por qué los que no son del círculo más íntimo de Laporta deciden marcharse?

Sin Jordi y sin Mateu Alemany, cada vez Xavi está más solo, a expensas de los caprichos económicos de Deco, Mendes. Zahavi, y Alejandro Echevarría, excuñado de Laporta y pieza clave en toda la trama de negocios.

A pesar de la consecución del título de Liga, el Barcelona va a la deriva en su estructura más esencial. No hay ningún proyecto deportivo fiable, el poco dinero que le queda al club se utiliza para hacer fichajes que tienen más interés para el beneficio de los que los deciden que para el equipo, y la afición, aunque celebra con euforia los títulos, se muestra cada vez más escéptica cuando llega la hora de la verdad y sólo 7.000 de los 85.000 abonados que tiene actualmente el Barça han solicitado su ticket para la próxima temporada, en que el equipo tendrá que jugar en el estadio Lluís Companys de Montjuïc por las obras del Camp Nou.