Raphinha, el líder del Barcelona que nadie esperaba

Raphinha (Porto Alegre, 1996) ha tenido que cargar con la mochila de un traspaso bajo sospecha (Deco, director deportivo del Barcelona, era su representante) y de un precio excesivamente elevado (58 millones fijos más otros siete en variables). «Gastamos una cantidad importante. Al final nos pareció un precio razonable. Creo que ahora, esta temporada, ha dado un paso adelante. También él se siente un poco liberado. Creo que ha tenido un verano muy complicado por la rumorología de siempre, del famoso entorno que tiene el club. Capitán y se siente como nuevo, está con una energía nueva y hoy en día está siendo... no te diría el mejor pero de los mejorcitos, ya no del Barça», aseguraba Jordi Cruyff, uno de los que le fichó, en Movistar tras su exhibición ante el Bayern.

Los números no mienten y aseguran que, al margen de los 9 goles que suma, ha participado en 16 tantos, contando también sus siete asistencias, de los 43 totales del Barça (un 37%). Pero las sensaciones los acompañan y constatan un futbolista diferente tras la llegada de Flick, sufriendo un cambio positivo radical. «No sé si ha cambiado algo. De repente mi posición en el campo... pero las ganas que tenía de triunfar con esta camiseta, el trabajo que siempre he hecho desde que llegué... Estaba seguro que tarde o temprano llegaría este momento por el trabajo que hago. Si tengo algo para decir que ha cambiado en este momento diría que la mentalidad».

El gaucho se refiere al trabajo físico que realiza en casa, donde se ha instalado un gimnasio y realiza maratonianas sesiones de preparación y prevención, pero también al mental. Trabaja con un psicólogo que le ayuda a gestionar la presión existente en un club como el Barcelona. «Hago trabajo psicológico porque he visto lo importante que es. Todo el mundo debería hacerlo porque ayuda mucho. Si no te cuidas, el fútbol te destruye. Es muy fácil entrar en depresión y dejarlo todo», confiesa tras reconocer que le costó adaptarse tras abandonar el Leeds y que «en algunos momentos pensé en marcharme».

Noticia Relacionada

Flick censura a Real Madrid TV: «No está bien que hagan vídeos sobre los árbitros»

Sergi Font

Su apoyo lo ha encontrado en sus dos fanáticos más fieles. Natalia Rodrigues y Gael, el hijo de ambos y al que dedica todos sus goles y triunfos. Su familia le arropó este verano cuando su nombre sonó con fuerza para formar parte de una operación con clubes ingleses o saudíes que permitiera la llegada de Nico Williams. Sus diez goles y 13 asistencias eran insuficientes para el club catalán, que buscaba un refuerzo de campanillas para la banda izquierda, puesto de Raphinha desde la irrupción de Lamine Yamal en la derecha. «Es molesto ver estas historias, aunque sea normal. Todos los días hay algo, que me voy aquí o allá. Acaba molestando, claro, pero mi cabeza siempre ha estado aquí. He recibido muchas ofertas, pero lo mejor para mí es estar en el Barça», asegura, aunque dejó claro que le molestó este verano ver su número junto al nombre de Nico Williams en la camiseta del Barcelona. «Ver una foto como esta no me sentó bien. Fue una falta de respeto. La gente hace lo que quiere, pone el número que quiere en las camisetas que compra, el nombre que quiere, pero deberían respetar a todos los jugadores del club que intentan dar lo mejor de sí mismos», criticó en la previa del partido ante el Bayern, en el que anotó un triplete en su partido cien como azulgrana y luciendo el brazalete de capitán. Raphinha, el líder que nadie esperaba y que se ha convertido en la gran amenaza para el Real Madrid.