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Jovicevic: «Desde la II Guerra Mundial no existía esta brutalidad»
El entrenador del Shakhtar habla con ABC tras los duros bombardeos del lunes que dejaron en shock a los jugadores y miembros del staff
Igor Jovicevic, en el hall del hotel Regent de Varsovia
Recién cenado, Igor Jovicevic (30 de noviembre de 1973, Zagreb) baja las escaleras de la primera planta del Hotel Regent de Varsovia con el chándal y la gorra oficial del club para reunirse en el hall con ABC. Su rostro denota fatiga y dolor. ... Ha sido un día muy largo, en el que le ha tocado ejercer de psicólogo antes que entrenador. Los inesperados bombardeos a Kiev y Leópolis han alterado la calma tensa en la que vive instalada este joven Shakhtar, club con un ojo en el fútbol y otro en la guerra. Esta noche, ante el Madrid, intentará olvidarse durante noventa minutos de un drama que no les hará rendirse: «Vamos a ganar esta guerra»
-Lo que el domingo era motivación e ilusión por intentar ganar al Madrid, se convirtió en un funeral el lunes
-La vida, ser libre y dormir tranquilo sin pensar en las bombas es lo más importante. No el fútbol. El domingo hicimos un gran entrenamiento y preparamos bien tácticamente el partido ante el Madrid, pero el lunes nos levantamos con los terribles bombardeos en ciudades que ya no estaban siendo atacadas. 87 misiles en 15 ciudades. Una barbaridad. Desde la II Guerra Mundial no existía esta brutalidad. Hoy me fue imposible hablar de táctica. Le he visto tan afectados y tristes que no sabía qué decirles. Es un momento cruel
-¿Están todos los familiares bien?
-Afortunadamente, sí, pero el miedo no te lo quita nadie. Muchos tenían que viajar ayer aquí a Varsovia, para apoyarles de cara al partido, pero no han podido venir. Se han tenido que refugiar en los bunkers.
-¿Hay odio entre los jugadores?
-Esta guerra está cambiando la mentalidad del pueblo ucraniano. Le está entrando una dosis de orgullo, despecho y rabia. De no rendirse nunca jamás. Cuando pase todo esto, porque una guerra no dura permanentemente, esto le va a servir en todos los ámbitos de la vida, no solo en el fútbol. Le va a servir para pelear, tener carácter y orgullo de vivir y de competir. Nos pasó a los croatas con la Guerra de los Balcanes. Y pasará en Ucrania. En ambos países hay una dosis alta de patriotismo y eso se nota.
-Podríamos decir que es tan croata como ucraniano.
-Sí. Llevo muchos años en Ucrania y me siento uno más. Tengo muchos amigos ucranianos y por eso sufro tanto.
-Le toca ser tan psicólogo como entrenador.
-Un entrenador de fútbol debe ser así, y con una guerra más aún. Para la gestión de un grupo debes tener algo más que conocimientos de táctica. Hay que saber hablar con los jugadores y calmar sus egos, controlar a la directiva, los aficionados y los ultras. Debes de dominar todas las situaciones para que todo fluya. El problema de la guerra es que es un drama tan grande que un entrenador por sí solo no puede controlarlo. Por eso tenemos que estar unidos para remar juntos y superar este momento como un equipo.
-¿Cómo está ayudando el Shakhtar a su país?
-Económicamente, recaudamos dinero con los partidos amistosos antes del verano, contra equipos como Ajax y Roma y demás antes del verano. Sentimentalmente, lo que podemos hacer es dar la imagen que estamos dando. La de un equipo responsable, involucrado, que tiene empatía por sus ciudadanos. Tenemos que luchar en el campo como hacen ellos en las calles. Ucrania se merece ser libre y lo será cuando gane la guerra, porque Ucrania va a ganar esta guerra. Estoy convencido.
-¿Cómo?
-No lo sé, ese es un tema de los dirigentes, pero estoy seguro que vamos a ganar. Nosotros a través del fútbol queremos también transmitirle libertad a los ucranianos para que se sientan identificados con nosotros. Es lo mínimo que podemos hacer
-De 1991 a 1996 jugó en la cantera del Madrid. Imagino que esos cinco años son un tesoro en su memoria.
-Cuando suena el himno del Real Madrid, el nuevo o el viejo, me sale una sonrisa. Soy madridista. Me gusta todo lo que conlleva el Madrid. Estuve con tantos jugadores legendarios... Butragueño, Míchel, Hugo Sánchez, Chendo, Laudrup, Redondo... Y en el Castilla con Esnaíder, Urzaiz, Toril, Fernando Sanz, Dani, Sandro, Víctor López del Amo... Me siento orgulloso porque conocí gente maravillosa que me hicieron rico en lo emocional. Ahora que han pasado 30 años, que la gente se acuerde de mí me enorgullece. Mi padre, que falleció hace dos años y fue ayudante de Rafa Benítez en el Valladolid, seguro que está muy contento desde el cielo. Madridista una vez, madridista para siempre.