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El gesto

Tras el segundo gol de Morata, Alaba se dio la vuelta y culpó de manera muy brusca a Camavinga por el tanto encajado

El Madrid regala el derbi al Atlético

Un derbi en paz y de color rojiblanco

El jugador del Real Madrid David Alaba EP
Javier Aznar

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Tras el segundo gol de Morata, Alaba se dio la vuelta y culpó de manera muy brusca a Camavinga por el tanto encajado. Lo irónico es que la culpa de ese gol realmente había sido de Alaba, que se encontraba defendiendo en ... tierra de nadie. También había perdido él la marca en el primer gol de Morata, feliz como cerdo en un barrizal aprovechando todos los huecos y ángulos muertos en el área blanca. Más allá del gol e incluso de la derrota ante un Atlético de Madrid muy serio, esta clase de gestos dan mala impresión. Transmiten cierta sensación de frustración, incomunicación e impotencia. Reflejan asuntos más profundos que un simple reparto de responsabilidades. Los jugadores tienen un código y nunca está bien visto eso de dejar señalado a otro compañero por un gol en contra.

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