Ipurúa dictará sentencia: Oviedo y Eibar dejan todo por decidir para la vuelta

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Ignacio Ruiz-Quintano

La capital asturiana tiene ante sí la oportunidad de regresar a la élite del fútbol español 23 años después y el Carlos Tartiere no decepcionó. Un espectacular tifo secundado por miles de cartulinas bajo los acordes del himno carbayón brotados del gaitero mayor del Oviedo pusieron color a la previa.

Imposible que los de Luis Carrión no saltaran al césped con el cuchillo entre los dientes, conscientes de que debían aprovechar su condición de local. A través de ataques vertiginosos, encomendados a la imaginación de Moyano, y con una presión agobiante, los asturianos encerraron al Eibar en su campo de inicio.

Pero el conjunto azulgrana sostuvo a la perfección la efervescencia del Oviedo y logró rebajarla paulatinamente con la posesión del balón. Además, la mayor sensación de peligro llegaba en los ataques visitantes. Un control de más de Corpas frustró la gran jugada trenzada por la conducción de Mario Soriano, mientras que el jienense habilitó el disparo desviado de Stoichkov. Los ovetenses respondieron con un peligroso disparo lejano de Colombatto desviado por Arbilla, justo antes de que el encuentro bajara de revoluciones y las porterías pasaran a un segundo plano.

La rigidez fue la tónica general de los primeros 45 minutos, a excepción del último, en el que las áreas fueron protagonistas. Luca Zidane repelió el cabezazo de Alemao y, segundos después, Luengo evitó que se produjera un cara a cara entre Stoichkov y Leo Román.

Poco o nada cambió el paso por vestuarios. No fue el miedo a perder lo que limitó la producción ofensiva de ambos equipos, sino más bien el nerviosismo y la falta de acierto. Fue el colegiado, principal foco del enfado de la grada, el que facilitó la mejor ocasión del partido por si era necesaria la intervención del VAR, aunque fue anulada instantes después. Facilitado por Stoichkov, Corpas se encontró con la portería entera a su disposición, pero su disparo fue desviado de forma milagrosa por el tacón de Viti.

A pesar de que las piernas frescas lo intentaron, Luca evitó que se moviera el marcador. Un centro teledirigido de Bretones encontró la cabeza de Paulino de la Fuente, pero el meta francés repelió el potente remate del cántabro. Viaja la eliminatoria a Eibar con todo por decidir. Ipurúa, este miércoles 12, dictará sentencia.