Dominik Greif: de portero invisible a héroe del Mallorca en la Copa

Hoy en las Islas Baleares solo se habla de él. Ha copado portadas y ha abierto informativos y programas deportivos, pero hasta ese lanzamiento que le detuvo a Oyarzabal, el camino de Greif ha estado repleto de espinas y piedras. Su llegada al Mallorca ya sufrió un serio contratiempo cuando el Slovan de Bratislava se echó para atrás en el último minuto, cuando el acuerdo estaba cerrado. Era febrero de 2021 y el equipo bermellón se fijó en el meta para suplir a Miquel Parera, pero cuando el cancerbero ya estaba en Palma, el club eslovaco cambiaba de opinión aduciendo que su otro portero se había roto los ligamentos de la rodilla y no podían desprenderse de él. Finalmente, su fichaje se produjo ese mismo verano, a final de temporada. Pero empezó a pasarle de todo. Primero sufrió una lesión muscular que le impidió jugar ni un solo minuto en la pretemporada, luego cogió el Covid y más tarde, tras un partido de Copa, se le reprodujeron los problemas de espalda que ya había sufrido a comienzos de temporada.

Los tres millones de euros que costaba le convirtieron en el portero más caro de la historia del club balear. Formado en el Slovan de Bratislava (debutaba con el primer equipo en 2016 y jugaba un total de 132 partidos), alcanzó la internacionalidad absoluta con Eslovaquia, pero en Mallorca la suerte le esquivó. Una grave lesión de espalda y la llegada de Predrag Rajkovic le condenaron al ostracismo. Tanto que el pasado verano se le pasó por la cabeza un cambio de aires. «No quiero pensar en una tercera temporada al margen, así que ya veremos... Tiene que haber algunas conversaciones con el club para cambiar mi situación», explicaba en una entrevista al medio 'Sport' de su país. «Creo que la única forma es encontrar un club en el que se me necesite más. Soy consciente de mi situación y ciertamente no me estoy adelantando», añadió. Tiene contrato hasta 2026. Javier Aguirre le convenció para que se quedara. De momento le ha convertido en el portero de la Copa, torneo en el que esta temporada ha aparecido en seis de los siete partidos jugados por su equipo (ha encajado tres goles y ha mantenido a cero su portería en cuatro ocasiones).

Su situación ha cambiado radicalmente y está dispuesto a pelear por adueñarse de los tres palos de Son Moix, aunque su sueño inminente es ganar la Copa del Rey en una final que se disputará en La Cartuja el 6 de abril ante el ganador de la otra semifinal, que disputan este jueves el Athletic y el Atlético de Madrid . Por eso mismo, Greif compartió una historia en su perfil de Instagram cuando acabó el partido instando a un último esfuerzo para conquistar el título. Es un vídeo de Kobe Bryant durante las finales de la NBA en 2009 en el que el difunto jugador de los Lakers aseguraba que «el trabajo no ha terminado» tras ponerse 2-0 sobre Orlando Magic.

Greif no solo siente admiración por Kobe Bryant, también admira a Rafa Nadal y todos los valores que el tenista balear encarna. El portero tuvo ocasión de conocerle hace un mes. «Mi héroe de la infancia y de la edad adulta. Increíble momento para mí y un sueño hecho realidad poder conocer e intercambiar unas palabras con el maravilloso Rafa Nadal», confesó junto a una foto conjunta.