Chile tiene una bala

Como todos los equipos conducidos por ese técnico, achican muy bien los espacios, presionan, se despliegan a uno dos toques y buscan una y otra vez las bandas. Les falta gol, pero hay que tener en cuenta que se estrenaron en Sudáfrica sin una referencia arriba, ya que el ‘Chupete’ Suazo todavía no está a punto y Valdivia es más bien un enganche.

Capdevila, o en su defecto Arbeloa, pueden sufrir un martirio el 25 de junio en Pretoria. España no puede dejar recibir a Alexis Sánchez. Esa tiene que ser la principal consigna defensiva de Del Bosque. El extremo del Udinese, bronce en el Mundial sub-20 de Canadá, es una bala, una mezcla explosiva de Navas y Robinho. Posee la capacidad del sevillista para encarar, llegar a la línea de fondo o trazar diagonales precisas, y las bicicletas del brasileño.

Sánchez es rápido, versátil y muy participativo. La pide y lo intenta una y otra vez. Todo lo hace con intención, nada en su juego es superfluo. Fue un puñal para los hondureños. Y le aguanta el físico, porque no para de correr del primer minuto al último. A sus 21 años, puede ser una de las revelaciones del Mundial y parece llamado a fichar por algún grande, salvo ceguera mayúscula de los directores generales o secretarios técnicos, que de todo hay en la viña del Señor.

Chile respondió a la expectación que generaba su presencia en un Mundial por vez primera desde Francia’98. Posee individualidades pero, sobre todo, Bielsa ha formado un bloque compacto. Ya no depende de goleadores como Zamorano o Salas. Ver un partido de los chilenos supone un soplo de aire fresco en este Mundial de corte defensivo. Tiran paredes, trazan diagonales, se desdoblan. Y son peligrosos a balón parado. ‘Matigol’ es mucho más en Chile de lo que demostró en el Villarreal o en el Sporting de Lisboa.

Y la voluntariosa Honduras, más o menos lo esperado. “¡Es verdad!”, exclamaba, incrédulo, el principal diario deportivo del país cuando los chicos del colombiano Reinaldo Rueda sellaron el billete para el segundo Mundial de su historia. No era para menos. En Honduras vivían de los recuerdos del atraco ante España en el certamen del ‘Naranjito’. Lo normal es que regresen de nuevo tras la primera fase. Figueroa, zaguero del Wigan, y los centrocampistas Wilson Palacios y Edgar Álvarez, del Tottenham y el Bari, respectivamente, fueron de lo poco salvable. No inquietaron a Chile en todo el partido pero, como los andinos les perdonaron una y otra vez la vida, soñaron hasta el final.