FÚTBOL
Descalabro consentido
Del Bosque monta un equipo pensando en los grandes clubes y sale escaldado de Argentina al caer por 4-1
No se puede ser tan político. Vicente del Bosque siempre está pendiente de que los grandes clubes no se enfaden y administra los esfuerzos de los jugadores. Ante Argentina, dejó en el banquillo a Casillas, Ramos, Capdevila, Xavi y Torres, además de Puyol, lesionado en ... Barcelona, y el equipo naufragó . Media selección titular siguió el partido desde el banquillo. Demasiadas concesiones si enfrente hay un equipo dos veces campeón del mundo. Un experimento innecesario. El seleccionador montó un equipo desnaturalizado. Asumible desde el punto de vista más político porque se trataba de un amistoso, pero incompatible con el peso de la estrella en el pecho.
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No se puede descafeinar al equipo sin motivos aparentes. Le gusta socializar al equipo y dar minutos a todo el mundo, pero para aplicar esa política hay que medir los espacios y el tiempo. No se entiende que ante Liechtenstein , un rival más sencillo, utilice el equipo de gala y después monte una especie de verbena. Es cierto que el primer partido era oficial y el segundo, no, pero no hay coartada para explicar la debacle el mismo día que le concedieron el Premio Príncipe de Asturias . Menudo estreno.
La selección, un juguete
España fue un pelele en manos de un ogro. La selección bastante tuvo con contener el ritmo que impuso Argentina. Los desajustes, sobre todo atrás, fueron permanentes y concedió demasiado. Precisamente donde el rival fue más fuerte. Donde Messi e Higuaín son dos puñales. Como demostraron en las dos ocasiones que se vieron las caras frente a Reina. En un cuarto de hora el partido quedó finiquitado. Nada que objetar. Sólo rezar para que no llegase la goleada. No era el día para fiestas. Reina se resbaló en una jugada inocente y contribuyó al tercero de Tévez.
Del finiquito se pasó al ridículo. España no concedía tres goles antes del descanso desde hace 23 años, para finalmente acabar perdiendo por 4-1. El error estaba servido. La selección no puede dejar de mostrar su mejor cara y mejor versión en los partidos grandes. Y éste lo era. Se trata de un amistoso, pero ahora hay una responsabilidad añadida. La campeona del mundo no debe ni puede hacer el ridículo porque una alineación esté mal confeccionada pensando en qué diran Guardiola, Zubizarreta, Mourinho o Valdano. El seleccionador peca de buenazo y ayer la mano izquierda se quedó corta. Los experimentos suelen terminar en catástrofe.
España perdió el estilo, el sitio, la guapura y la finura. La mezcla de jugadores y los goles tempraneros colocaron al equipo en un escenario incómodo . Se perdió el equilibrio y las referencia en el orden del juego y algún futbolista intentó hacer la guerra por su cuenta. Villa pudo evitar la sangría con dos balones al palo. Sólo eso. Argentina no tuvo nada que ver con el equipo del Mundial. Jugó como un equipo. Ordenada, aguerrida y con pegada. Messi marcó un golazo mientras que Higuaín salió vencedor en un mano a mano con Reina.
Del Bosque no cambió el guión pese a la goleada y continuó fiel a su política de socialización. Jugaron todos los convocados. Hasta Xavi, que estuvo poco más de media hora en el campo, mientras que Ramos o Torres ni se estrenaron. Mauqilló Llorente la goleada antes de la puntilla de Agüero y España se llevó de Buenos Aires un carro de goles, la cara colorada y un resultado que hace cosquillas pese al carácter amistoso del mismo.
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