Fútbol / Caso Negreira
El dudoso nivel de los que ponen nota a los árbitros
Sólo uno de los 50 examinadores de los colegiados profesionales españoles alcanzó la máxima categoría internacional: la mayoría no llegó a arbitrar ni en Segunda. ¿Se trata de otro 'índice corrector' encubierto?
La prueba de que Negreira hacía lo que quería con los árbitros
Los delegados arbitrales son un cuerpo del Comité Técnico de Árbitros (CTA), dirigido por Luis Medina Cantalejo, que como es sabido depende de la Federación Española de Fútbol (RFEF). Lo encabezan 50 exárbitros y asistentes (jueces de línea), cuya misión es evaluar el arbitraje ... profesional: deben analizar y poner nota a la actuación del colegiado y sus asistentes en todos los partidos de Primera División, Segunda División y la Liga Femenina. Sus calificaciones semanales son muy relevantes: afectan directamente a la clasificación final de la temporada y, por lo tanto, a los ascensos y descensos; un capítulo en el que siempre ha habido «codazos y puñaladas para subir», como reconoce a ABC el exárbitro internacional Alfonso Pérez Burrull.
ABC ha obtenido la copia del documento oficial de la RFEF en el que, por orden alfabético, se relacionan los Delegados Arbitrales para la temporada 2022-23. El análisis detallado de este selecto cuerpo ofrece una perspectiva adicional sobre el funcionamiento de los árbitros en España. Para empezar, sus competencias no afectan al VAR: los árbitros de la Sala VAR están exentos de este examen. Pero hay algo más sorprendente: de los 50 delegados arbitrales del CTA, sólo uno alcanzó la máxima categoría internacional. Ocho de ellos (según la RFEF) dirigieron en Primera División; otros 16, en Segunda División; dos son exárbitros de Segunda División B. El resto son jueces de línea retirados: 20 corrieron la banda en Primera División, uno en Segunda. «Amiguetes, muy amiguetes de la familia de los amiguetes de los amiguetes de toda la vida», en palabras de uno de los mejores colegiados de la historia del fútbol español (que dice no querer meterse en problemas a su edad, ya jubilado).
La relación de examinadores arbitrales del presente curso
Si se hace una analogía con otras profesiones, puede resultar sorprendente que para la revisión del trabajo de unos árbitros cuyos emolumentos anuales superan en ocasiones los 300.000 euros se cuente únicamente con un excolegiado de nivel internacional, Fernández Borbalán. Los informes de los delegados (que por un partido de Primera cobra 700 euros, dietas aparte) son decisivos para la elección de árbitros durante jornadas sucesivas y constituyen la base de los ascensos y descensos al final de cada temporada (teóricamente, ya que, al menos en la etapa del caso Negreira, luego se deformaba esas puntuaciones con el famoso índice corrector que aplicaban a su antojo y sin un criterio conocido los jefes del CTA).
La evaluación de los delegados (que se jubilan de esta actividad a los 60 años) abarca diferentes facetas de la tarea arbitral: labor disciplinaria, posicionamiento sobre el campo, autoridad, etc…Deben enviar su informe al Comité Técnico de Árbitros en las 48 horas siguientes a la finalización del partido. El colegiado recibe posteriormente el documento, pero sin la calificación final. Cabe destacar que, llegado el caso, los delegados pueden llegar a actuar también como Oficial Abitral de la RFEF contra la violencia, la xenofobia, el racismo y la intolerancia, aunque en realidad esta labor la suele realizar el Director de Partido de LaLiga.
Sinsentido
«Se ha dejado la figura del delegado arbitral totalmente devaluada», afirma a este periódico el exárbitro Emilio Soriano Aladrén: «No tiene sentido que el colectivo de delegados arbitrales aceptado por la RFEF a propuesta del CTA esté integrado por exárbitros de Segunda B y exasistentes de diferentes categorías. Esto marca como desde la cúpula del CTA se coloca exclusivamente a los afines para ese cometido. ¿Tiene de verdad este grupo un currículum acreditado para informar a los árbitros profesionales? ¿O es que el VAR lo suple? El VAR, completamente ajeno a ellos, termina en un intercambio entre árbitro y la mesa del VAR cuya incidencia analítica y clasificatoria se desconoce. Lo que termina produciendo sospechas sobre si el VAR será el índice corrector definitivo ('corruptor', como se le conoce en el ámbito arbitral)«.
Soriano se refiere al índice corrector (no justificado) que incluía tradicionalmente el Comité Técnico de Árbitros en una columna añadida a mano a final de temporada, como publicó en exclusiva ABC hace unas semanas. Este índice modulaba las calificaciones anuales de los colegiados (el trabajo de los delegados de partido) y modificaba su decisión final, variando los ascensos y descensos de cada verano.
Otro conocido exárbitro crítico con el CTA desde los tiempos de Vitoriano Sánchez Arminio, Iñaki Fernández Hinojosa, recuerda haberse llevado «bastante mal» con los delegados, «aunque algunos eran buenos y ponían lo que veían. Pero muchas designaciones son gratificaciones por servicios prestados. Es difícil de justificar: becarios examinando a catedráticos de universidad. ¿Qué méritos ha hecho este becario? Amigo de, enchufado de o pelota de… Compensaciones a federaciones territoriales por favores y chanchullos diversos. Los informes se remuneran, pero no sirven para nada. Siempre han subido a dedo a los que les ha dado la gana, ignorando las puntuaciones de esos mismos delegados y aplicando el índice corrector. Se podría eliminar el cuerpo entero, no sirve para nada. Un juez de línea no debe hacer ese informe. ¿Supervisaría un enfermero a un médico? ¿Sabe un asistente, para empezar, lo que es estar dentro de un terreno de juego?».
La falta de idoneidad de los jueces de línea es un argumento que comparte Soriano Aladrén: «Un asistente no puede revisar a un árbitro de ninguna forma; el colegiado tiene muchísima más responsabilidad, experiencia, es una labor incomparablemente más amplia. Por eso vuelvo a preguntar: ¿cómo se demuestra esta capacidad para enjuiciar partidos profesionales? Y ya de paso: ¿por qué no sabemos qué partido revisa cada uno y de qué colegio autonómico proceden? Nadie sabe quién va a qué partido. Y los 13 ó 14 que saben lo que es un partido de Primera no pueden multiplicarse. ¿Tiene sentido que haya ido Pérez Rivero, exárbitro tinerfeño de Segunda, al derbi catalán de hace unas semanas donde estaba en juego el alirón y un posible descenso? ¿O que el delegado del Getafe- R. Madrid, donde se ventilabann el descenso y el segundo o tercer puesto, fuese Ejido Rozas, exjuez de línea? Lamentablemente, debo recordarle que todos, absolutamente todos los miembros directivos actuales del CTA convivieron con los Enríquez [Negreira]».
«El próximo 1 de julio Medina Cantalejo hará la renovación para la próxima temporada de los árbitros profesionales en función de la puntuación derivada de estos informes», concluye el excolegiado premiado con el trofeo Guruceta. «Sería exigible conocerlas públicamente. Y también si se va a seguir añadiendo el vergonzoso índice corrector. Por último: ¿qué pasa con el VAR? ¿Se tiene en cuenta el número de rectificaciones sobre las primeras decisiones tomadas por el árbitro y enmendadas por el VAR? ¿O todo vale? Si lo han rectificado, debe incidir negativamente. Si acierta, positivamente. Todos estos datos deberían conocerse para demostrar que por fin hay una gestión rigurosa y veraz, que huye de la opacidad y de irregularidades permanentes conocidas. ¿Por qué cree que en la hoja aparecen todos los delegados por orden alfabético? ¡Para que no se note!».
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LA FEDERACIÓN ASEGURA QUE SU COMITÉ DE ÁRBITROS YA NO UTILIZA EL ÍNDICE CORRECTOR DE LA ERA NEGREIRA
El índice corrector, las acotaciones con las que, sin un criterio claro ni justificación, los jefes del Comité Técnico de Árbitros (CTA) alteraban a su voluntad las calificaciones técnicas de los colegiados al final de cada temporada, ya no existe en la actualidad. Eso asegura la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), desmarcándose así del proceder al respecto durante los años del caso Negreira, con el recientemente fallecido Victoriano Sánchez Arminio, como presidente del gremio arbitral, y el investigado José María Enríquez Negreira de vicepresidente.
La Federación afirma que la nota que ponen en cada partido los delegados arbitrales del CTA (50 jueces retirados, «de los que nueve, cuatro árbitros y cinco asistentes, llegaron en su día a categoría internacional, con participación en fases finales de copa del Mundo o Eurocopa») es la que prevalece a la hora de la calificación definitiva de los colegiados al final de curso, y que sirve para determinar los ascensos y descensos de los mismos. La RFEF indica que la designación de partidos de los delegados («13 llegaron a Primera y 14 a Segunda», asegura), que no tienen comité territorial adscrito, se publican cada jueves junto a la del equipo arbitral
El organismo que preside Luis Rubiales añade que son exárbitros internacionales (Medina Cantalejo, Rubinos Pérez, Clos Gómez y Undiano Mallenco) los que componen la comisión técnica del CTA, «que supervisa finalmente todos los informes y datos, ve los partidos a través de la televisión y revisa todas las actuaciones con los videos que se graban de la sala VAR». Luego, dicha comisión hace una evaluación y «propone la composición de cada una de las categorías arbitrales al presidente de la federación, según se indica en los artículos 184 y 196 del Reglamento General».
Con respecto a los testimonios de los exárbitros Soriano Aladrén y Fernández Hinojosa, muy críticos con la capacidad y selección de los delegados arbitrales en el fútbol español, la RFEF les quita valor, «ya que nada conocen del sistema actual», porque el primero se retiró hace 30 años («compartiendo categoría con Enríquez Negreira») y el segundo en 2005 («y su ascenso al fútbol profesional y toda su carrera en él se realizó durante la presencia de Enríquez Negreira como vicepresidente del CTA»).