Dos encapuchados agreden al árbitro del Atlético Melilla -Torreperogil a la salida del estadio

La RFAF condena «de manera rotunda y sin paliativos» la agresión sufrida por el almeriense Navarrete Sánchez en los alrededores del estadio de La Espiguera cuando, acompañado por sus ayudantes, se disponía a coger un taxi para trasladarse al aeropuerto, según explican desde la Federación Andaluza. Un partido, correspondiente al Grupo IX de Tercera División, que terminaba con victoria del conjunto jiennense con un gol en el tiempo de prolongación (0-1) y que, según aseguran a ABC testigos directos, se desarrolló con normalidad y deportividad. A la finalización, sin embargo, el árbitro expulsaba al entrenador y al delegado del conjunto melillense por sus protestas.

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Jorge Abizanda

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Según la denuncia del Comité de Árbitros de la Real Federación Andaluza de Fútbol, el árbitro fue agredido por dos encapuchados que esperaban a los colegiados en los aledaños del estadio escondidos tras una furgoneta. Una agresión que Navarrete Sánchez reflejó en un anexo al acta del partido. «El CA-RFAF seguirá trabajando, de manera conjunta con todas las instituciones responsables de velar por la seguridad de cualquier evento deportivo, por combatir y erradicar la violencia. Los árbitros somos los principales interesados en expulsar la violencia del fútbol», afirma el estamento arbitral andaluz.

El CD Torreperogil, que gracias a un tanto de Joya celebraba una importante victoria después de siete jornadas sin triunfos, visitaba a un rival mermado por las sanciones que acarrearon a la plantilla melillense los graves incidentes ocurridos en el desplazamiento a Motril dos semanas antes. Un partido que se jugaba en el Escribano Castilla y que fue suspendido en el descanso por el árbitro después de una grave trifulca entre miembros de la expedición del Atlético Melilla, colista del Grupo IX de con aficionados del conjunto granadino.

Ante la reiteración de incidentes, el Comité de Árbitros de la Real Federación Andaluza de Fútbol ha exigido «que se refuercen las medidas de seguridad en los partidos que dispute el club Atlético Melilla» y ha dado traslado a sus servicios jurídicos para que «valoren la posibilidad de no enviar árbitros de esta territorial a cualquier partido que disputen equipos con antecedentes violentos de la citada localidad o si no se adoptan medidas que garanticen la seguridad de los colegiados».

En el fútbol de las categorías inferiores la preocupación va en aumento por la reiteración de agresiones que vienen sufriendo los árbitros a lo largo de la temporada. El incidente del pasado sábado en Melilla sucedía después de que el pasado sábado 16 de marzo, durante el partido juvenil provincial entre el CD Benavente y el Zamora B, un árbitro, menor de edad, fuera brutalmente agredido por conjunto local, según quedó reflejado en el el acta del encuentro y en la denuncia presentada en el cuartel de la Guardia Civil por el colegiado, de 16 años. Una denuncia que acompañaba con un parte médico en el que se le le diagnosticaba un traumatismo craneoencefálico. Unos incidentes que provocaban que el Comité de Competición sancionara con un año a uno de los jugadores que agredió al colegiado, y con tres meses a otros futbolistas que también participaron en el incidente.

Un mes antes, en febrero, el Comité de Disciplina de la Real Federación de Fútbol de Madrid (RFFM) anunciaba unas durísimas sanciones tras los graves incidentes ocurridos en un partido de cadetes, en el que tres jugadores del Olímpico Parla asaltaron el vestuario del árbitro, también menor de edad, al que agredieron. Un encuentro en el que también se produjeron agresiones a futbolistas del conjunto rival.

Ante esta reiteración de agresiones, el Comité Técnico de Árbitros de la Real Federación Española de Fútbol, a través de un comunicado en sus redes, ha lanzado este mismo lunes un mensaje «en contra de la violencia verbal y física que están sufriendo reiteradamente los árbitros, especialmente los menores de edad y los que actúan en categorías no profesionales, cada fin de semana». «eS está convirtiendo en una misión casi imposible ejercer nuestras funciones en medio de un ambiente irrespirable con insultos, amenazas y agresiones. Mucho más cuando se trata de árbitros menores de edad que están en pleno proceso de formación», añade el CTA en su nota, en la que reclama que tanto los clubes como sus aficionados «se posicionen decididamente en la lucha contra esta lacra».

El CTA también reclama que todas las federaciones e instituciones ligadas al mundo del fútbol «tomen conciencia de la gravedad de los que está ocurriendo en los terrenos de juego de España y adopten las medidas formativas y coercitivas necesarias sin mayor dilación». Además pide a los medios de comunicación que «censuren con firmeza actitudes de odio y violencia en los campos de fútbol» de cualquier categoría y eviten cualquier justificación.