Fútbol
Pánico en la Champions: El día que los ultras convirtieron Nápoles en un infierno
Champions
Indignación en Italia por los disturbios entre radicales locales y del Eintracht en la jornada de la Champions
El inquietante rebrote de la violencia ultra en el fútbol
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Iniciar sesiónFue un desastre anunciado. Nápoles vivió durante la tarde del miércoles una jornada de guerrilla urbana y graves actos vandálicos que se prolongaron hasta la madrugada del jueves, tras la victoria de Nápoles ante el Eintracht Frankfurt (3-0) que permitió al equipo partenopeo ... alcanzar por primera vez en su historia los cuartos de final de la Champions. Se temían incidentes por el odio entre los ultras de ambos equipos y los enfrentamientos previos entres hinchadas, y los malos augurios acabaron cumpliéndose ante la impotencia de la Policía. Una prolongación de la violencia vivida ya en las horas previas del encuentro de ida jugado en Alemania (21 febrero), cuando varios hinchas italianos fueron atacados y agredidos. Pero en Nápoles, la rabia y la devastación alcanzó límites desconocidos después de que 600 ultras germanos, sin entradas para el Estadio Maradona, viajaran el martes por la noche hasta la capital de Campania a pesar de la prohibición de asistir al partido.
El clima de tensión se respiraba ya en la ciudad desde primeras horas del miércoles. Por la tarde, algunas zonas se transformaron en un auténtico infierno. Los radicales del equipo alemán, que se habían hecho notar en el centro histórico, fueron atacados por ultras napolitanos en la plaza del Gesú, una de las más famosas de Nápoles, símbolo de su centro histórico. Como en una película de terror, los tifosi locales iban casi todos vestidos de negro, algunos con el rostro cubierto. Las fuerzas del orden, en medio de las dos hinchadas para evitar el enfrentamiento, fueron atacadas por los alemanes con mesas, señales de tráfico y todo lo que encontraban a mano, con el resultado de dos coches de la Policía incendiados y otros cuatro destrozados (Las imágenes de la barbarie).
La plaza quedó desfigurada por las señales de destrucción y barbarie, al igual que algunas de las calles más bellas de la ciudad. Signo de la batalla fueron automóviles dañados, media docena de autobuses de transporte público apedreados y numerosos locales saqueados.
Graves enfrentamientos entre los ultras del Nápoles y del Eintracht
S. D. / AgenciasUn millar de aficionados alemanes se ha desplazado a la ciudad italiana, pese a que el equipo local se había negado a venderles entradas para el duelo de octavos de final
Tras el partido, al que los seguidores del Eintracht sabían que no podían asistir, los enfrentamientos volvieron a desatarse, prolongándose hasta la madrugada en la zona de los hoteles en los que se alojaban los alemanes, como el área de Santa Lucia, junto al mar. La Policía arrestó allí a cuatro hinchas locales y tres visitantes. En las calles, convertidas en un campo de batalla, aparecieron ayer petardos, algunos sin explotar, botellas rotas y numeroso mobiliario urbano destrozado. También algunos envases convertidos en cócteles molotov listos para ser arrojados.
A lo largo de la mañana del jueves, los hooligans alemanes fueron identificados y trasladados en autobuses, escoltados por un gran despliegue de fuerzas del orden, hasta los aeropuertos de Salerno, Nápoles y Roma, desde donde partieron hacia sus destinos. Pero incluso antes de embarcar, algunos volvieron a buscar problemas. Sucedió así en Roma-Fiumicino, donde varios ultras germanos protagonizaron momentos de tensión y obligaron a intervenir la Policía para evitar un enfrentamiento con aficionados de la Roma, rumbo a España para asistir al partido contra la Real Sociedad, y tifosi del Lazio, que viajaban a los Países Bajos porque su equipo se enfrentaba ayer al Alkmaar.
La pregunta que todo el mundo se hace ahora es cómo fue posible llegar a tal barbarie. Al margen de que el dispositivo policial desplegado fue insuficiente, parece evidente que se sucedió una cadena de graves errores, según los medios italianos, comenzando por la actuación del propio Eintracht y de la UEFA. 'La Repubblica', por ejemplo, recordaba las batallas previas entre ambas hinchadas y se cuestionaba «por qué se permitió, bajo acusaciones de 'discriminación' lanzadas desde la UEFA, la libre circulación de cientos de ultras que llegaron a Nápoles sin entradas».
Medio millar de violentos del club alemán, enemigos acérrimos de los napolitanos, viajaron pese a tener prohibida la entrada al Estadio Maradona
En el origen de los enfrentamientos está el odio, pero también las alianzas que se establecen en el complicado mundo de los ultras del fútbol. Los del Eintracht –que ya crearon graves problemas en Italia en 2018– son enemigos acérrimos de los del Nápoles desde hace años. Una rivalidad que se amplía por la amistad entre fanáticos de diversos clubes. Los napolitanos, por ejemplo, están hermanados con los radicales del Borussia Dortmund, mientras que la afición del Eintracht lo está con la del Atalanta y varios ultras de este equipo acompañaron el miércoles a sus amigos alemanes en busca de un enemigo común porque los fanáticos napolitanos y los del equipo de la ciudad de Bérgamo son rivales acérrimos. Dados los antecedentes y el temor a que se produjeran incidentes, el Ministerio del Interior italiano prohibió la venta de entradas para el partido del miércoles a los nacidos y residentes en Frankfurt. Una medida que no evitó que casi un millar de radicales germanos viajaran en busca de bronca.
Duras críticas
En Italia las reacciones fueron este jueves de indignación. El alcalde napolitano, Gaetano Manfredi, habló de «una loca e inaceptable devastación» y realizó unas durísimas declaraciones contra el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, que había definió la prohibición de vender entradas a los aficionados alemanes como «intolerable e incorrecta». «Sus declaraciones son inaceptables –dijo el alcalde– porque parten de un prejuicio, como si todos los napolitanos fueran delincuentes y el que llega aquí es un santo».
Muy duro también contra la UEFA se mostró el presidente del Nápoles, Aurelio De Laurentiis: «Al final del campeonato hablaré de la UEFA, que se representa solo a sí misma. Aquí todo tiene que cambiar». De Laurentiis pidió al Gobierno una ley contra los violentos en el fútbol siguiendo el modelo inglés. El Ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, atacó indirectamente a la UEFA al declarar que «la prohibición de venta de entradas a los aficionados del Eintracht no fue un acto discriminatorio. Espero que estos delincuentes sean llevados ante la justicia».
Por su parte, la ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, mostró su repulsa en Twitter: «Esta violencia debe ser condenada de la manera más absoluta. Los violentos y los gamberros destruyen el deporte». Mientras, la Liga de Matteo Salvini pidió que sea el Gobierno alemán el que pague los daños causados por los hinchas del Eintracht.
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