El Barça destruye al Atlético

Araujo le hizo un penalti bastante claro a Morata pero por suerte para el Barça la acción había quedado invalidada por un fuera de juego previo. Más suerte tuvo todavía el equipo de Xavi cuando Barrios falló por muy poquito un disparo desde el balcón del área propiciado por un malentendido en la salida del balón entre Ter Stegen y Gundogan. Había salido tibio el Barça, como si hubiera tenido un mal despertar de la siesta. De todos modos, el juego de este equipo da para lo que da y muchas veces cuesta distinguir si los jugadores están especialmente mal o simplemente hacen lo que pueden, entre su desidia colectiva y la incompetencia del entrenador.

El Atlético estaba más intenso pero no mucho más brillante, lo que se duda reflejaba el momento por el que pasa el equipo de Simeone, muy nervioso y que en el minuto 20 había entrado ya por lo menos cuatro veces en el terreno de juego. El Barça no sufría en defensa pero no hallaba su profundidad. Poco a poco y con poca fortuna intentó ser más vertical para no quedarse encerrado en la presión local y Ter Stegen salía en largo para buscar a los alejados. Pero pese a las buenas intenciones no había manera: Xavi, a remolque del partido.

El Atlético empezó a tener más oportunidades. Presionaba mejor y recuperaba más balones pero sin eficacia en la última acción. Contra equipos que presionan arriba, si Gundogan es el mediocentro, el Barça no tiene autoridad en el campo del rival. Joao Félix, que podía dinamizar el ataque, no comparecía. Si Xavi no buscaba una solución táctica su equipo lo tenía muy mal para ganar. Primera media hora horrible. Duelos perdidos, pases imprecisos y era difícil decidir qué cambio: los minutos que tuvo Oriol Romeu contra el Nápoles no invitaban a confiar en él. Cubarsí conseguía filtrar algún balón a Fermín, buena sociedad, Raphinha falló un remate de cabeza solo, a un metro de Oblak. Enseguida que el Barça superaba la presión, el Atlético hacía una falta táctica para recuperarse.

Al final la solución llegó de tres veteranos que hilaron una preciosa segunda jugada. Gundogan filtró para Lewandowski, que desde casi la línea de gol dio el pase de la muerte a Joao Félix, que no celebró el gol. Una vez más Xavi Hernández fue expulsado por protestar en una deplorable sobreactuación forzada, absurda, que en nada beneficia a su equipo ni al club. Morata en el 42 tuvo el empate pero le faltó puntería.

Sorprendente victoria visitante en el descanso, aunque para sorpresa el regalo de Rodrigo de Paul al inicio de la segunda mitad. Lewandowski no desaprovechó tan generosa aportación y con gran elegancia y finura marcó el segundo para su equipo. Sin concesiones detrás -muy bien Cubarsí y Héctor Fort- y con máxima eficacia delante, el Barça ponía rumbo a los tres puntos. Simeone había cambiado a Lino y a Morata por Griezmann y Memphis. Pólvora mojada. Tres paradones consecutivos de Ter Stegen impidieron al Atlético entrar en el partido. Correa y Koke sustituyeron a Llorente y Riquelme.

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El Atlético se fue volcando en el área rival y fueron los minutos más inspirados de los de Simeone pero se les negaba el gol. El hermano de Xavi sentó a un Raphinha que se precipitaba y el brasileño se fue muy enfadado. Cambio justificado por su poca inteligencia para leer el momento del partido y porque Lamine Yamal es mucho mejor. Fermín marcó el tercero de cabeza rematando un centro tenso y exacto de Lewandowski.

Rotunda victoria del Barça pese a la sensación de que tanto los cuartos de la Champions como el 0 a 3 no guardan proporción con lo visto en el campo. Pero los resultados importan, y el hecho nada despreciable de que nadie había ganado en el Cívitas Metropolitano esta temporada.