Agüero le da la Premier al City en una última jornada de infarto

Se repitió en parte la historia, a la que los pesimistas acusan de cíclica. La última vez que los dos equipos de Manchester se habían jugado el título en la última jornada, los «diablos rojos» tenían que ganar al Sunderland y esperar al resultado de sus vecinos. Era 1968 y el título cayó del lado de los «sky blues» después de una derrota del United. Esta vez los «diablos rojos» ganaron (0-1), pero apenas pudieron abandonar el campo antes de que el City cantara victoria sobre el pitido final.

Avisó el técnico escocés que para que el título acabara en las vitrinas de Old Trafford tenía que ocurrir «algo estúpido», algo tan ridículamente inverosímil que fuera descartado hasta por los aficionados más fervorosos. Pero ocurrió y aun así el trofeo cambió de manos. El United se quedó en los labios con la miel de poder revalidar el campeonato.

La opereta comenzó a los 20 minutos, cuando un fallo en cadena de la defensa del Sunderland dejó en la cabeza de Wayne Rooney un gol regalado. Apenas hubo celebraciones, pues en ese mismo momento el City dominaba en el Etihad Stadium. Al mismo ritmo que el «killer» de la selección inglesa perdonaba una renta más amplia, los de Roberto Mancini oradaban la poblada defensa del Queens Park Rangers. Los transistores, que funcionan en Inglaterra igual aquí, dieron la noticia en el 40: gol del Manchester City.

Comenzó la jugada Silva , combinó con Toure Yaya y el marfileño, lesionado en ese mismo movimiento, se vistió de El Cid para dar a Zabaleta el último pase de gol. Los «citizens» se marcharon al vestuario como campeones y sufrieron en la reanudación. Un error gravísimo de Lescott, permitía al QPR empatar el partido. La consigna de Alex Ferguson era no transmitir nada, pero los aficionados que se habían desplazado al Estadio de la Luz lo hicieron imposible.

El United mantuvo la calma y siguió marcando su paso firme. Incluso cuando Joey Barton perdió la cabeza por enésima vez . El «niño maldito» de la Premier se ganó la roja por una agresión a Tévez y de camino al vestuario propinó un rodillazo a Agüero. Ni por asomo sospechaba la venganza que tenía preparada el argentino. Menos aún cuando en el 66 Jamie Mackie se lanzaba en plancha para poner el 1-2 en el marcador.

Se cumplía el minuto 90 en los dos estadios y el Manchester United era campeón provisional, pero una jornada con todos los partidos a la misma hora asegura angustia. En el 91, el bosnio Edin Dzeko voló a la salida de un córner para empatar el partido. Acababa el partido en Sunderland, y el United hacía piña en la banda con gesto de preocupación.

Y surgió entonces Agüero . El ex delantero rojiblanco, habilidoso y letal como pocos, porfió en el 94 por un pase de Balotelli desde el suelo, aguantó una embestida de la defensa y fusiló a Patrick Kenny para subir a los altares de la Premier . El Manchester City, con un estadio entregado al drama, se proclamó campeón por tercera vez en su historia.

En Sunderland, Rooney aplaudía a los aficionados que habían viajado a Sunderland. Hicieron todo lo posible, pero aún en el más inverosímil de los escenarios, el City fue justo campeón.