La final que ganó Mourinho

Diego Milito se convirtió en el principal aliado de Mourinho en aquella final. El delantero firmó los goles (2-0) de su equipo, que hoy —227 días después del partido en Madrid— vuelve a enfrentarse al Bayern. Pero ni el argentino ni el luso, serán protagonistas en el duelo de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones. El banquillo interista está ahora ocupado por Leonardo, un brasileño con pasado milanista que, sin embargo, se ha ganado el respeto de su afición a base de buenos resultados (ha ganado 10 de últimos once partidos en el Calcio) después de sustituir a Rafa Benítez en el mes de diciembre. Con Milito lesionado, el técnico confía en el olfato goleador de Samuel Eto'o para derrotar a un rival que se presenta en San Siro con sed de venganza y en su mejor momento de la temporada, en buena parte gracias al regreso de Robben y Ribery . Junto a Thomas Müller y Mario Gómez —en plena racha goleadora— forman un cuarteto ofensivo peligrosísimo y son el principal argumento de los alemanes para intentar tomar ventaja de cara al partido de vuelta.

Leonardo teme el ataque alemán y el exceso de confianza que puedan conservar sus jugadores después de la final del Bernabéu. Por eso se ha encargado de reiterar que este encuentro no tiene nada que ver con el de mayo de 2010 en Madrid porque «es un momento completamente diferente y cada partido tiene su historia». El capitán, Javier Zanetti, piensa como su entrenador y considera que la clave para superar al Bayern será no dejarle espacios.