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Árbitros

Así son los árbitros españoles: más preparados, mejor pagados y más criticados

Pasaron de la fama mal retribuida al anónimo profesional, pero siguen igual de denostados

UNdiano Mallenco, en un partido de Liga EFE
José Carlos Carabias

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Hace treinta años el eterno presidente del Atlético de Madrid, Vicente Calderón, lanzó una bravata que supuso algo más que una amenaza. Fue una sentencia contra un juez. Los dirigentes podían ejercer el derecho de recusación de los árbitros de fútbol. «No quiero volver a ... verlo nunca más en un partido de nuestro club». Calderón se refería al almeriense Juan Andújar Oliver , el colegiado que había redactado mal un acta refiriéndose a una agresión de Roberto Simón Marina y que antes, en 1983, había popularizado el despropósito que vivía el estamento arbitral al justificar la expulsión de Landáburu en un encuentro con el Cacereño en la siguiente frase: «Lo vi todo con el rabillo del ojo» .

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