LIGA BBVA

Ozil corona a Cristiano Ronaldo

La magia del alemán destroza al Getafe y despierta la mejor versión del portugués, que marca otros tres goles y amplía su ventaja en el Pichichi

efe

JOSÉ MANUEL CUÉLLAR

El Getafe se la jugaba, pero sus jugadores pensaron que «hoy no», que era tarea improbable por no decir imposible y que mejor esperaban al partido ante Osasuna. Un error porque el calendario azulón es de lo peorcito que tienen los que se ... asoman a las llamas infernales. Lo cierto es que el Madrid tampoco le dio mucha opción. Con mucha chispa, una velocidad más y, desde luego, mucha más fe en la victoria, le comió el terreno, el balón y las canillas desde el primer momento.

El problema del equipo de Míchel es que tiene maneras de equipo grande, toca, maneja, mueve el balón con gusto y se siente cómodo en el sonido de los violines. Sin embargo, decidió bajar al barro y meter pico y pala en el partido. Con diez por detrás del balón y sin tener el esférico, el equipo tiene dificultades, muchas dificultades para salir a flote, como todos los equipos que tienen sus mismas características.

El Madrid, hay que decirlo, jugó con prisas, con rapidez y con poca cohesión. Su principal objetivo era poner el balón a Cristiano para que marcara y ensanchara su ventaja con Messi más y más. Esas decisiones no son deseables. La experiencia dice que en esas condiciones ni el deseado marca ni el equipo juega bien. Esta vez no fue así porque los de Mou llegaron tanto y con tanto espacio que de cada dos ataques tuvo una oportunidad. Era normal teniendo en cuenta que el Getafe no se creyó nada de lo que estaba haciendo . Uno de esos partidos en los que jugadores piensan «si voy arriba, voy, pero ir para nada pues no y luego tengo que volver. Ufff, que pereza». Y a fuerza de no salir recibieron por todos lados.

Fue la precipitación blanca y su obsesión por favorecer a Cristiano lo que mantuvo al Getafe en el partido en una primera parte sosa en la que desaparecieron los azulones y solo se pudo ver el interés y garra del Madrid , que salvó mínimamente el espectáculo.

Leve reacción y sentencia

Míchel lo debió ver tan mal como el resto porque en el vestuario echó la bronca de narices , justo para que el equipo le echar más narices. Más narices le echaron pero fútbol no. Subió unos cuantos metros sus líneas, pero nunca se le vio convencido de lo que estaba haciendo, sin ninguna fe en lo que estaba haciendo.

Lejos de eso, dejó descubiertas sus espaldas y a Ozil los ojazos le hicieron chiribitas con espacios por delante . El segundo fue una prodigio de visión y sangre fría en el pase de Ozil y en el remate de Cristiano que estaba tan solo por la filigrana de Ozil que le dio tiempo hasta de hacer la paradinha para sentenciar el partido.

Quedaba poco encuentro y ya no hubo nada . Solo cambios y rabonas por aquí y por allá. El Getafe perdió por completo el oremus y se deshizo enteramente. Benzema salió y besó el santo. Primer balón y el tercero. Los azulones querían meterse bajo la hierba, fallaban las salidas, los pases y el Madrid ni siquiera necesitaba la presión para robarle y salir al contragolpe.

Amenazó diluvio al Getafe, que se salvó de la goleada mayor del reino porque Cristiano quiso marcar el gol mayúsculo de la historia, porque Di María se quería meter hasta dentro porque Adebayor hacía filigranas, porque...

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