Cristiano Ronaldo, la revolución mental

Mourinho y otros profesionales de la entidad han dialogado con Cristiano en diversas sesiones de «diván» para anular sus reacciones negativas y focalizar toda esa energía en rendimiento positivo. La labor se nota. Ronaldo ya no se enfada en el campo. Esconde esas reacciones. El entrenador le ha demostrado que los rivales aprovechan su punto débil para provocarle y buscar su expulsión , como le sucedió con el Málaga y el Almería hace dos temporadas, y el delantero ha entendido que no debe caer en la trampa. El técnico le ha expuesto que no debe perder un minuto en pensar en las entradas de los rivales, no ofuscarse. Es lo que pretenden los adversarios. Butragueño, un hombre de la casa, es el mejor ejemplo de esa eliminación de los sentimientos negativos y la concentración de toda su fuerza mental en rendimiento positivo. Lo ha conseguido.

Cristiano es ahora un jugador solidario, que se alegra de los goles de los demás. Que da pases para que marquen otros, como Higuaín le regaló el 1-0 ante el Español . Ronaldo, ahora, se abraza con todos. No es egoísta. Trabaja, baja, defiende. Es un futbolista mucho más completo. Y es feliz. Porque el Bernabéu le ovaciona y y no le silba. Los pitos sufridos frente al Málaga, el 3 de enero, en la Copa, fueron su punto de inflexión. No podía hacer esos aspavientos. No podía enojarse con el mundo. No podía ser tan individualista y querer hacerlo todo.

Ahora deja que Ozil tire faltas. Y él se dedica a dar goles y a marcarlos más que nunca, que ya es mucho. Hoy es el mejor jugador del mundo, camino del Balón y de la Bota de Oro. El Real Madrid lo ha logrado. El potencial de este chico debe tranformarle en el mejor. Y no deja de acertar. Lleva 30 dianas en la Liga y persigue superar su plusmarca de 40. Piensa batir el réccord siendo un futbolista total, de equipo. El trabajo psicológico ha sido un acierto. Y el Real Madrid disfruta de un Ronaldo superior.