Un Real Madrid férreo y un Español blando y ñoño

Desde el primer minuto se olió chamusquina para los de Pochettino . El Madrid robaba y dejaba partido en dos al Español. Tres por arriba y los demás detrás, sin un medio campo definido empujado por los madridistas y sin una medular para buscar la transición hacia el contragolpe. Como tampoco fueron capaces de meter balones largos, se quedaron sin opciones, expuestos al empuje del Madrid , que iba una y otra vez sobre el muro españolista, que cada vez era más diminuto, sostenido por un buen Casilla y por poco más porque cada vez que el Real iba creaba una ocasión de gol. [Estadísticas]

Lo vio claro el Bernabéu, los televidentes, Mourinho y hasta Pochettino. Aquello no podía durar. Ni siquiera la mano que le echó Carvalho, en una evidente y notoria falta de forma física , podía salvar al Español. En el minuto 23 los catalanes perdieron el enésimo balón en la salida de atrás y en dos pases (Ozil-Higuaín) Cristiano llegó y por bajo batió la resistencia de Casilla.

Tanta clarividencia hizo que el Madrid bajase el pistón. Fue consciente de que con la mitad de intensidad con el que apretaba las tuercas a su rival le bastaba y sobraba. Que todo llegaría por su cauce normal porque el Español no era capaz de apenas nada . Algún detalle de Weiss, disparos lejanos de Coutinho que atajó Casillas y las continuas cantadas de Carvalho no eran suficientes. En el 37 una nueva descarga, genial, de Ozil permitió a Khedira , que había empezado la jugada, plantarse ante Casilla y liquidar el compromiso mucho antes de la mitad del choque.

Ambos se fueron al vestuario con el guión cumplido : el Madrid sumando y sumando hacia la meta liguera y el Español dejando un sensación impropia de un equipo tal. Más pareció la leyenda urbana que le llama amigo del madridismo que un conjunto férreo y talentoso como ha ido demostrando a lo largo de toda la Liga.

Cambió peones Pochettino intentando remontar el vuelo, pero el Pipita se lo destrozó en dos minutos. Balón en profundidad de Kaká y pelotazo a la red por el primer palo de Higuaín para certificar la defunción españolista, justo premio a su juego ñoño y blandito, ni carne ni pescado, en uno de los peores partidos del Español este año.

Ni siquiera le quedó opción de Carvalho porque Mou, que es su amigo pero no está ciego, le quitó y puso a Varane, que está cien veces mejor que el portugués. El resto fue un paseo triunfal del Madrid con la única duda de saber cómo y de qué color iban a ser los demás goles que iba colando a un rival descolorido.

Ni siquiera necesitó el equipo de Mou cambiar de marcha. Solo con su ritmo de crucero desaborló al Español al tiempo que los blancos curaban heridas leves: el reencuentro de un buen Higuaín con el gol, el crecimiento de Khedira y también un mayor brillo de Kaká .