El Camp Nou, sede de la final

La actualidad deportiva de estos días se centra en Las Rozas, en donde la selección está concentrada para preparar sus dos próximos compromisos y los directivos se han reunido para decidir el escenario de la mencionada final. Han sido jornadas de debate y ajetreo.

La reunión empezó pasadas las 16 horas y se sentaron en la mesa los representantes de ambos clubes y de la RFEF. Estaban por el bando azulgrana, el ejecutivo Albert Soler y el directivo Javier Bordas. Por parte rojiblanca, el presidente Josu Urrutia y Jon Berasategui, mientras que de la Federación acudieron Jorge Pérez, Miguel Ángel López, Esther Gascón y Antonio Suárez Santana.

Barça y Athletic volvieron a recordar que la preferencia era el Santiago Bernabéu, el estadio con más capacidad más allá del Camp Nou. Los más de 80.000 asientos del campo del Real Madrid contentaban a los dos equipos, pero el club blanco no estaba por la labor de ceder su hogar.

A partir de ahí se abrió el debate. El Barcelona dijo Mestalla, pero el Athletic no compartía esa apuesta y se decantó por el Villamarín. Ante ese disyuntiva, cada uno de los clubes ofreció su propio estadio, pero tampoco hubo acuerdo, así que todo quedó en manos de la Federación.

La Junta del organismo federativo decidió en primer lugar entre dos opciones: Mestalla-Benito Villamarín frente a Camp Nou-San Mamés. Ganó esta segunda opción por 27 votos a 17, con un voto en blanco.

Inmediatamente después se votó la sede ganadora. Se impuso el Camp Nou por 26 votos a 18, con dos voctos en blanco.

Pasadas las 19.30, y después de más de tres horas de cónclave, hubo fumata blanca y el Camp Nou fue el recinto elegido para la 111 final del torneo. El campo del Barcelona tiene capacidad para cerca de 100.000 espectadores, y en el reparto de localidades ya se ha avanzado que corresponderán unas 40.000 entradas a cada equipo, reservándose la Federación otras 20.000 para compromisos.