Las puertas de la Champions se cierran para el Athletic

Contrariamente al guión esperado, la sensación de salida fue que el que se la jugaba en San Mamés era el Oporto. Los portugueses se adueñaron desde el primer minuto del balón y manejaron el ritmo de un encuentro en el que el Athletic era el que realmente se presentaba obligado a la victoria para seguir soñando con la clasificación. Sin el lesionado Aduriz como referencia en ataque, los rojiblancos no conectaron con su sustituto y ni Guillermo ni sus compañeros generaron ni una ocasión en todo el primer tiempo, en el que los leones nunca se encontraron cómodos.

Con Tello y Oliver Torres en su once inicial, en el que también aparecieron Casemiro y Brahimi, otros dos futbolistas con pasado en la Liga española, el Oporto demostró ser un equipo con oficio y más adaptado a la presión de la alta competición europea. Llegaba como líder y quiso sentenciar por la vía rápida su pase a octavos de final, pero al conjunto entrenado por Julen Lopetegui le faltó puntería. Tan desacertado estuvo ante la portería que el siempre peligroso Jackson Martínez desperdició un penalti justo antes descanso. Una pena máxima sobre Danilo cometida por Balenciaga y muy protestada por los bilbaínos.

El empuje de San Mamés no fue suficiente para que el Athletic invitara a soñar a sus fieles. Fabiano vivió un primer acto tranquilo en la portería del Oporto, desde donde presenció cómo sus compañeros desperdiciaban ocasiones claras para marcharse con ventaja al descanso. Asustaron Maicon y Brahimi en lanzamientos de falta, y Jackson Martínez en dos ocasiones, pero la fortuna estuvo del lado del equipo rojiblanco, que consiguió pisar los vestuarios con todo por decidir.

En la reanudación sí apareció el Athletic que quería ver San Mamés. El equipo salió mordiendo y De Marcos estuvo a punto de marcar en el primer minuto con un tiro raso que se marchó junto al palo. La Catedral vibró con esa jugada, los locales mejoraron en la presión y el partido dejó de ser un paseo portugués... durante diez minutos. Los que tardó Jackson Martínez en marcar después de una magnífica acción personal de Brahimi, muy activo toda la noche.

El gol supuso un mazazo para un equipo que también se vio superado físicamente por los portugueses. Tiraron de orgullo y un cabezazo de Guillermo pudo meter a los bilbaínos en un partido que minutos después se escapaba definitivamente por un error de Iraizoz. El guardameta falló al intentar controlar un pase lateral y el balón llegó manso para que Brahimi tuviera el premio del gol a su gran noche.

Fuera de la Champions, el Athletic no mostró ninguna capacidad de reacción y hasta el Oporto controló y vivió cómodo hasta el final.