Dos chispazos de Messi y Neymar acaban con el Rayo

De hecho, el exvalencianista, sobre el papel de vocación más defensiva que Jordi Alba, acaparó gran parte del peligro azulgrana por fuera especialmente en la primera parte. Sin duda mucho más que Alves, que vivió muy pendiente del correoso Licá por su flanco. El atrevimiento del portugués fue solo una muestra del genuino manual de Paco Jémez, el único entrenador de Primera División capaz de obligar a todo un Barça a revisar su plan habitual de juego. Sucedió el año pasado con Gerardo Martino y volvió a repetirse la historia con Luis Enrique, que tuvo que resignarse a ver a su equipo saliendo a balonazo limpio para evitar pérdidas en zonas comprometidas. [Así hemos narrado el Rayo-Barcelona en directo ]

Mientras el Rayo tuvo gasolina para presionar, Vallecas disfrutó de un partido abierto, vistoso e igualado tanto en intenciones como en ocasiones. En el minuto 9, Bueno avisó con un disparo muy colocado que obligó a Bravo a estirarse por bajo. El chileno, que tumbó el récord de imbatibilidad de Artola , cumple exactamente con el perfil de portero maduro que Luis Enrique buscaba para cubrirse ante el proceso de adaptación de Ter Stegen. Interviene poco, pero lo hace con sobriedad y fiabilidad, oportuno y siempre compenetrado con la línea defensiva. Además, con los pies, el planteamiento del Rayo le obligó a combinar el pase corto más comprometido con el desplazamiento largo en busca de la inspiración de Messi y Neymar, las armas de desequilibrio de un Barça cuyo fútbol pasó por encima de Iniesta y Xavi, titulares juntos por primera vez.

El Rayo no acertó con la red cuando pudo y se vino abajo a partir de la media hora de juego. Resistió el líder, práctico y profesional, hasta que sus estrellas aprovecharon el bajón físico de su valiente oponente. Así, en apenas un minuto, la balanza se decantó del lado azulgrana después de dos o tres avisos a la espalda de una defensa adelantadísima, temeraria. En el 35, Piqué anticipó en campo propio y prolongó en vertical para Messi, que ganó en velocidad a Abdoulaye y picó por encima de Toño. A la jugada siguiente, Bartra, el otro central, encontró en largo a Munir, que aguantó a Morcillo y sirvió para Neymar. El paulista, que encaró y cruzó a placer, anotó su octavo gol de la temporada y el Barça, sin pasar por la medular, encargó una nueva victoria liguera y dos semanas más de liderazgo en solitario.

No hizo falta más para que los culés resolvieran en el campo más pequeño de la Primera División. El 0-3 podría haber llegado de penalti (no señalado de Toño a Munir) o en alguna de las opciones que Messi o Rakitic, tras el descanso, fallaron contra diez por la expulsión de Morcillo. Fue visto y no visto, bastó con dos chispazos.