barcelona
Twitter acabó con un empleado del Barcelona
Dos días después de ser contratado como Mánager de proyecto online, Daniel Cana fue despedido por ser crítico con Rosell
xavi hernández
A estas alturas del invento, ya no es una novedad hablar del tremendo impacto de las redes sociales en nuestra sociedad. De hecho, existen puestos de trabajo de nueva generación diseñados expresamente a raíz del nacimiento y la explosión de Facebook, Twitter, Instagram o Tuenti, ... gigantes de Internet que arrastran a millones de empresas y usuarios a ser visibles en red, ya sea para vender productos , expresar opiniones, transmitir mensajes o proyectar una imagen.
Casi todo vale en un universo que se ha globalizado en pocos años y que, por lo tanto, ha abierto una ventana de profesionalización. Rara es la multinacional que no tenga un equipo encargado del control y la gestión de todo lo que se cuece en Internet . Los gabinetes de comunicación han crecido en peso y especialidad; ya no sólo se ocupan de los medios tradicionales, sino que también atienden a lo que pueda expresar el usuario particular a título personal.
Precisamente este método de trabajo, realidad generalizada desde hace bien poco, dejó en sólo dos días la aventura laboral de Daniel Cana en el FC Barcelona. Fue contratado por el club para hacer de Project Manager Online, en el área de Ticketing/Operaciones. Dejó su trabajo y su casa en Madrid para volver a su ciudad de origen y para trabajar en el club de sus amores. Todo perfecto; el 20 de marzo empezó a trabajar en su nuevo puesto. «Fue un día intenso, pero muy ilusionante y feliz», explica el propio Cana a través de su cuenta de Twitter, un foro que le ha servido para explicar su historia este viernes y que a la vez provocó su despido a los dos días de firmar con el Barça.
La secuencia es fulminante, ya que el club, a instancias del Director General Antoni Rossich, decidió prescindir de Cana al comprobar que su nombre estaba asociado a una cuenta de Twitter que había sido crítica con Sandro Rosell y la junta directiva. «Tuits de enero y de meses anteriores que no contienen insulto alguno», cuenta el implicado. «Sin objetivo social, económico, deportivo o empresarial. No soy una amenaza, ni un espía ni una mano negra».
Así, el Barça, amparado por el periodo de prueba, echó el pasado 21 de marzo a un empleado por haber discrepado de la gestión concreta de la junta directiva de un club del que es socio. «Despiden a un ingeniero informático con casi 15 años de experiencia en eCommerce por temas de comunicación», lamentó.
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