La Real se aferra a un milagro y sueña con la Europa League

La mejora de su juego, y sobre todo los resultados, en las últimas jornadas de liga no asomaron ayer en los hombres de Arrasate, agarrotados por la ansiedad de hacer un papel digno ante el Manchester United , el equipo extranjero de mayor lustre de todos los que han desfilado por la moqueta del estadio de Anoeta.

Pero la Real, como el tiempo atmosférico, fue gris, y nunca halló su juego eléctrico que el pasado año le convirtió en una máquina de hacer goles, con sus hombres de arriba desaparecidos. Ni siquiera el francés Griezmann , su perla más valiosa, que ha despuntado como goleador con una racha de seis goles en los últimos cuatro partidos, vio la luz ante un Manchester que tiró de oficio y cedió el empate, dando siempre la sensación de tener la cabeza en su choque del sábado contra el Arsenal .

Al final las tablas en el marcador se dieron por buenas en San Sebastián - Claudio Bravo le paró un penalti a Van Persie como hiciera hace una semana a Ebert- ya que permite a la Real seguir aferrándose al sueño de jugar la Liga Europa.