Alonso mira de frente al título

Depende de sí mismo, dato que ya no tiene en sus manos Red Bull. El equipo del mejor coche de la temporada festejó el doblete con una alegría desbordante porque ya tiene en su poder el campeonato de constructores. No así el de pilotos, que está en las manos de Alonso.

El pescado se vendió en las primeras curvas del vetusto trazado paulista. Vettel se quitó de encima a Hulkenberg en la salida y Webber tardó sólo un par de vueltas más. Con los dos Red Bull en cabeza nada más darse el banderazo, Alonso tuvo que jugarse el tipo frente a su cordial enemigo Lewis Hamilton. Protagonizó una caza espectacular el español, insistente y voraz frente al inglés. Hasta que no lo adelantó en la vuelta 2, no paró. 

Se fue entonces en persecución de los Red Bull y por ahí encontró el tapón en Nico Hulkenberg. Frente al alemán no asumió tantos riesgos, aunque le presionó con obstinación. Lo rebasó en el giro 7 y se situó en la posición más rentable para sus intereses, tercero detrás de los Red Bull. 

Cuando los coches energéticos entraron en el garaje para cambiar los neumáticos, ya fueron inalcanzables de todo punto. A una distancia de catorce segundos, tampoco buscó Alonso exprimir al Ferrari hasta la extenuación . Jugó con la calculadora. Mantuvo el tono ante Vettel y Webber y alejó lo suficiente a Hamilton para que no le molestase. 

Un accidente de Liuzzi depositó al coche de seguridad en pista y con el pelotón agrupado no se alteraron las posiciones a pesar del chocolate que había con los doblados. Vettel , Webber, Alonso y Hamilton, intocables. 

El español apretó de lo lindo en el tramo final a Webber, amenazó su segunda posición y, por ende, la resolución del campeonato. No lo permitió el australiano, sólido hasta la última raya, aunque se llevó el susto metido en el cuerpo.

Gran carrera de Jaime Alguersuari , que rondó la zona de los puntos y acabó undécimo.