Ilusión de Carlos Sainz, chasco de Fernando Alonso

Alonso las ha vivido de todos los colores en los febreros de F1. Desde el debut en 2001 con el Minardi cenicienta de la parrilla, el Renault azul que ya volaba en las pruebas de 2005, el Ferrari que casi lo transporta al tercer título en 2010 o el motor Honda del McLaren que no arrancaba en 2015 y que le hizo, furioso, marcharse a jugar al pádel. El piloto regresó a este deporte por el estímulo de encontrar un bólido dominante en el gran cambio normativo y en el ingenio de las fábricas de Alpine . El año pasado ‘El Plan’ fue una consecuencia de las miles de horas muertas y de convivencia que se tramitan en los fines de semanas de los grandes premios. Ahora se dibuja una neblina incómoda.

Lo ha reconocido el propio piloto. «No sé si estoy satisfecho o no del rendimiento del coche, estoy contento en general, con la ilusión de otra pretemporada. Tengo mezcla de sensaciones, algunas positivas porque todo lo que habíamos probado en las simulaciones se cumple, pero también tenemos pequeños problemas de juventud y hay que buscar una solución», dijo en TVE.

Lo comentó antes del chasco de ayer, ese humo espeso que inundó Montmeló de desesperanza. Alpine dimitió en los tests y tanto Alonso como Esteban Ocon se quedaron sin rodar el tercer día después de haber completado la distancia de cuatro grandes premios. «¿‘El Plan’? No lo tengo tan claro, no lo sé, tengo curiosidad por ver cómo podemos ir este año. A veces hay sensaciones positivas, a veces pesimistas» , consideró. «Si el equipo lleva un alerón a Bahréin (inicio del Mundial) que nos haga ir más rápido, pues iremos rápidos».

En Ferrari cunde una serena satisfacción por el comportamiento del monoplaza. En el garaje italiano aseguran que el primer objetivo ha consistido en dar muchas vueltas al circuito para recoger datos, volver a la fábrica de Maranello y cotejarlos con el simulador y el túnel del viento.

En verdad, en los test solo se aprecia si algún equipo tiene problemas porque los motores van muy capados y las cargas de gasolina delimitan la velocidad. Nadie concede veracidad a los tiempos del cronómetro porque no son carreras ni clasificaciones, sino pruebas. Es un juego táctico, en el que unos se quitan presión y otros la añaden. Alonso asegura que «Ferrari parece el coche más rápido , es una sorpresa».

El Ferrari no ha tenido un solo problema durante tres días, salvo el contratiempo común a todos: los botes a final de recta por el efecto suelo de los coches, tan pegados al asfalto. En la escudería italiana cunde la satisfacción. Había muchas esperanzas en el diseño agresivo del chasis y del motor que han elaborado en los diferentes departamentos de Maranello, donde no hay ingeniero único y mágico, como Adrian Newey en Red Bull o James Key en McLaren. El coche funciona y Carlos Sainz está encantado.

En el box Ferrari cuentan que el auto aporta al piloto español buen ‘feeling’ porque tiene «muy buen balance», pese al incremento de peso que le obliga a frenar y rotar de otra manera. Considera el madrileño que existe una buena base para trabajar en las próximas evoluciones y que el equipo ha dado un paso adelante. Valora el piloto español el trabajo realizado durante el último año para parir este bólido que luce un aspecto muy diferente al resto. La realidad incide en que, salvo el impulso de Ferrari, no modificará mucho la F1: Red Bul y Mercedes siguen siendo los más rápidos.