ciclismo / dopaje
Dos expolicías, la UCO y cuatro análisis anormales: el rastreo que atrapó por dopaje a Oier Lazkano
El análisis y el volcado del ordenador y el móvil del ciclista no ha aportado más datos relevantes que añadir a su pasaporte biológico
Lazkano lo niega todo: «Nunca he tomado sustancias dopantes»
Oier Lazkano, en el Tour
Seis días después de anunciar la suspensión provisional del ciclista español Oier Lazkano por dopaje por anomalías en su pasaporte biológico, la Unión Ciclista Internacional (UCI) decreta la sanción provisional de otro corredor, el portugués Antonio Carvalho Ferreira por el mismo método probatorio, el ... pasaporte biológico. Una unidad de medida sencilla y poco costosa, al estilo de una cartilla de salud virtual de cualquier centro médico, en el que se estudian las oscilaciones de los valores sanguíneos (hematocrito, reticulocitos, hemoglobina…), endocrinos o esteroideos.
Dos casos en menos de una semana. No se trata de una casualidad o un furor de aciertos de la International Testing Agency (ITA), el organismo independiente que gestiona los casos de dopaje de varias federaciones internacionales (ciclismo, atletismo…), sino de un nuevo patrón de colaboración entre policías que rastreó desde hace tiempo a Oier Lazkano y lo ha conducido a una probable sanción de cuatro años.
La comunicación de la UCI en los episodios de Lazkano y Carvalho ha sido muy similar porque el procedimiento de detección ha sido parecido. «El corredor ha sido suspendido provisionalmente de acuerdo con las normas antidopaje de la UCI», dice el comunicado del ciclista portugués.
El elemento sancionador no es una sustancia prohibida o una triple falta en los sistemas de localización obligatorios para todos los profesionales del deporte (Mohamed Katir), sino una herramienta que recopila los parámetros, sobre todo sanguíneos, de los atletas y registra los resultados de los controles realizados a lo largo del tiempo con el objetivo de detectar posibles manipulaciones o alteraciones en la oxigenación de la sangre, el santo grial en los deportes de resistencia.
En el supuesto de consignar irregularidades en los valores hematológicos, la ITA tramita el caso a un panel independiente de tres expertos, que dictaminan la apertura de un posible expediente disciplinario o sancionador.
Una gráfica real
«El pasaporte biológico ofrece una gráfica real –indica una fuente conocedora del caso Lazkano–. Esta herramienta se compone de analíticas constantes y muchos controles que ofrecen un seguimiento real del deportista. En ellos se pueden analizar los ciclos de entrenamiento y de rendimiento. Cuando hay resultados anormales, de mucha oscilación, son un método probatorio de sanción. Mucho más eficaz que tratar de encontrar una sustancia en un control antidopaje».
La ITA contrató en su día a dos expolicías, uno australiano especializado en inteligencia y otro belga especializado en aduanas. El equipo de rastreo lo completa un responsable de investigación, quien desde hace tiempo entró en contacto con la Sección de Salud Pública y Dopaje de la UCO (Unidad Central Operativa) de la Guardia Civil. El entendimiento entre los agentes se produjo de inmediato y el grupo realiza reuniones al final de cada temporada para sondear posibles objetivos sospechosos de dopaje, en este caso en el deporte español.
Oier Lazkano estaba en la lista, como también figuran al menos diez o doce deportistas españoles más de distintas disciplinas sometidos a vigilancia por los síntomas de un posible fraude por dopaje. Desde las temporadas en que se le investigó, al exciclista del Movistar (de 2022 a 2024) fichado por el Red Bull Bora (2025) y despedido la semana pasada se le realizaron un gran número de controles antidopaje. En cada carrera había algún agente de control esperando al vitoriano para obtener una muestra de sangre. La mayoría tenían como destino su pasaporte biológico, el método de prueba para detectar un futuro episodio de dopaje.
La ITA fue recolectando indicios y muchos análisis. Cuatro controles de Lazkano resultaron anómalos, es decir sus valores hematológicos chirriaban con los parámetros que reflejaba su perfil del pasaporte biológico. No eran positivos, o adversos como los denominan las gentes del antidopaje, sino anomalías reseñables como sospechosas.
Lazkano recibió la comunicación por parte de la UCI de las cuatro anomalías y él achacó los resultados a las oscilaciones que provocan las concentraciones en altura. «Pero las variaciones en las concentraciones de altura generan no solo picos altos, sino también picos bajos», recuerda una fuente a ABC como un indicador de posible dopaje.
El ordenador y el móvil
La pasada primavera, los expolicías de la ITA se presentaron en el domicilio del ciclista en Andorra para comunicarle el comienzo del procedimiento, mientras los agentes españoles esperaban en territorio nacional. Al ciclista le requisaron el ordenador y el móvil, pero después de ser analizados ambos dispositivos por la ITA se concluyó que no había indicios que incriminasen al ciclista, que solo ha sido sancionado provisionalmente por las variaciones del pasaporte biológico.
El corredor dispone ahora de un periodo para presentar alegaciones respecto a su suspensión provisional por dopaje, que analizarán un panel de expertos de la ITA. Si el ciclista fuese sancionado por varios años, se le descontaría el tiempo que permanece castigado en la actualidad.
«La UCI ha gastado mucho dinero en este convenio con la ITA –señalan voces expertas a ABC–. Y ha reforzado el seguimiento a todos aquellos ciclistas que ofrecen algún parámetro anormal. En realidad no necesitas métodos muy sofisticados para hacer ese seguimiento. Es hacer una analítica tras otra y cotejar la gráfica».