Ciclismo
Terrorífica caída en la Vuelta al País Vasco: Roglic, Vingegaard y Evenepoel, fuera de carrera
Vuelta al País vasco
Los tres se han salido en la misma curva a 36 kilómetros de la meta en la cuarta etapa. El danés ha sido evacuado en ambulancia con oxígeno y un collarín y sufre fractura de clavícula y de varias costillas
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Iniciar sesiónNo se puede decir que fuera una etapa tranquila, porque en esta edición de la Vuelta al País Vasco ninguna lo ha sido. Pero ni el escenario más perverso podría haber augurado una carambola tan trágica. Las probabilidades eran mínimas. Primoz Roglic, Jonas Vingegaard ... y Remco Evenepoel, los tres grandes favoritos, los tres ciclistas con al menos una gran vuelta en su palmarés, quedaron fuera de carrera al mismo tiempo después de sufrir una gravísima caída durante la cuarta etapa. Un accidente espantoso que por momentos hizo pensar lo peor.
💥 𝐂𝐚𝐢́𝐝𝐚 𝐦𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐩𝐥𝐞 con muchos implicados en la @ehitzulia
— Eurosport.es (@Eurosport_ES) April 4, 2024
🚨 Vingegaard, Evenepoel y Roglic, con gestos de bastante dolor entre los afectados#itzulia2024 pic.twitter.com/pVjlaglVd9
Vingegaard, doble ganador del Tour de Francia, fue el peor parado. Tuvo que ser evacuado en ambulancia al hospital de Vitoria, con el cuello inmovilizado y una máscara de oxígeno sobre el rostro. En una primera exploración se le diagnosticó fractura de clavícula y de varias costillas. A falta de 86 días para su inicio, el Tour de Francia parece ya una quimera para él.
Roglic, líder de la general, y Evenepoel, segundo clasificado, también pusieron pie a tierra, doloridos, magullados y en shock. Salvo en la crono inicial, el esloveno finaliza su participación habiéndose ido al suelo en cada una de las tres jornadas siguientes. Evenepoel, que cojeaba de forma ostensible antes de tomar también el camino del hospital, también se fracturó la clavícula y la escápula derecha. Será operado este viernes en Bélgica. En total, hubo una docena de corredores afectados. Algunos, como el australiano Jay Vine, obligado también a un traslado en ambulancia.
Botes en la carretera
La caída se produjo en la carretera A-3941, junto a la Ermita de San Cristóbal y con vistas espectaculares al valle de Aramaiona. El pelotón acababa de iniciar el descenso del puerto de Olaeta (3ª categoría) y aceleraba en persecución de los seis fugados que aspiraban a frustrar el tercer esprint consecutivo. Quedaban 36 kilómetros.
Fue Evenepoel el primero en perder la bicicleta. No era una curva muy cerrada, aunque la velocidad sí era alta. Algunos ciclistas que veían la carrera por televisión, conocedores del terreno, revelaron de inmediato que en esa carretera las raíces de los árboles obligaban a llevar bien sujeto el manillar. «A la vista no se aprecian, pero sin darte cuenta vas dando botes y si no lo llevas bien agarrado es 'fácil' salir por los aires», explicaba en sus redes sociales Mikel Bizkarra, corredor del Euskaltel.
«Creo que hemos entrado demasiado rápido en esa curva», aseguraba Pello Bilbao, uno de los que vivió la caída desde dentro del pelotón. «Yo iba por detrás, veía que había peligro e iba dejando un poco de distancia, pero cuando he visto que se han caído ahí me ha entrado bastante mal cuerpo porque íbamos a gran velocidad».
«Yo iba prácticamente a la altura de los primeros que han caído, aunque he tenido la suerte de encontrarme por el lado derecho, por el interior, y por ello no me ha pillado nada. Había algo de gravilla y la carretera estaba bacheada por las raíces de los árboles, pero bueno, nada, que no te encuentres en cualquier otro sitio», contaba Juan Ayuso, que queda ahora como principal favorito.
Quizá fue eso lo que desencadenó el desastre y tiró a los ciclistas fuera de la curva. En el vértice esperaba, amenazante, una acequia de hormigón. Y junto a ella, varias rocas y numerosos árboles. La tragedia pudo ser incluso mayor. Alguno de los que se salieron consiguieron evitar tanto peligro al tomar un caminito de tierra paralelo al asfalto, el que lleva a la Ermita. Otros no tuvieron tanta suerte. Cuando las cámaras por fin se detuvieron para evaluar los daños, el campo de batalla presentaba un aspecto dantesco.
Vingegaard aparecía tumbado de lado junto a la acequia, y dentro de la misma terminaban Roglic y Vine. Un batallón de ambulancias hacían acto de presencia junto a los heridos, pero los ojos se iban sin remedio hacia la situación del danés. El corredor del Visma, atendido en principio por dos compañeros, que le quitaron la bici de encima, se mantuvo más de diez minutos inmóvil, con el brazo izquierdo extendido por debajo del cuerpo. Ni él se atrevía a moverse ni nadie se atrevía a tocarlo. Roglic y Evenepoel se marcharon en los coches de sus respectivos equipos. El triple campeón de la Vuelta aún tuvo ganas de echar una sonrisa a las cámaras mientras levantaba el pulgar.
Mientras tanto, la carrera quedaba neutralizada. Todas las ambulancias disponibles, salvo la que acompañaba a los fugados, se habían quedado atendiendo a los heridos. Así no se podía continuar. El pelotón marchó lentamente hasta que se detuvo a falta de 17 kilómetros. Por delante, se dio el visto bueno para que los seis escapados se jugarán la victoria de etapa, que se llevó el sudafricano Louis Meintjes, que soltó a sus compañeros de fuga en la última subida del día al puerto de Leintz Gatzaga. A la vez, la organización confirmó que no contarían los tiempos para la general, que después de la escabechina pasa a estar liderada por el danés Mattias Skjelmose.
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