Georgia 64 - España 90
La selección se hace mayor ante Georgia
Eurobasket 2022
Buen partido general de España, que supera una nueva prueba de madurez e ilusiona camino de la segunda fase
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Iniciar sesiónEs difícil conseguirlo, pero los gritos de la grada resuenan más fuerte que la música en el Tbilisi Arena. Se ha propuesto la organización dejar sordo al personal en este Eurobasket, pero su misión fracasa cuando enfrente hay ocho mil gargantas cantando al unísono. ... Un ejército de aficionados al servicio de Georgia que no amedrenta a la selección. El traspié del estreno obliga a los anfitriones a no perder y por ahí el apoyo se hace mayor. Para España, el duelo es una prueba de madurez, que supera con nota, sobre todo para los jóvenes. Jugadores que brillaron en el debut y que llevaron el peso en el segundo triunfo de la selección, que hoy volverá a pisar la cancha ante Bélgica en el tercer envite del Eurobasket (16.15 horas, Cuatro).
Los nombres de Pradilla, Garuba o Parra empiezan a sonar en el imaginario colectivo del aficionado al deporte. Conocidos ya de sobra en el mundo de la canasta, sus rostros se adueñaron también del encuentro de ayer. El alero catalán del Joventut –22 años y debutante en un gran torneo– aparecía por primera vez en el cinco inicial y no desentonó. Responsabilidad compartida con sus compañeros y que permitió a la selección amasar su primera ventaja en el partido muy pronto (9-15, min. 8). No mira el carné Scariolo en este torneo, en el que la meritocracia se ha impuesto más que nunca en el vestuario de la selección. Se nota en la alta rotación y en la exigencia del italiano. De hecho, hasta Lorenzo Brown, líder casi único en la dirección del equipo, enfiló el banquillo después de dos errores impropios.
La entrada de Alberto Díaz en su lugar, acompañado de Garuba y Pradilla, revitalizó la defensa nacional y secó el parcial que le había dado la delantera a los georgianos. Era un viejo conocido como Shermadini –media carrera en la ACB– el que más daño hacía a la selección. Bien sus compañeros en el rebote ofensivo y perfecto el pívot en la finalización. El físico georgiano golpeaba a España, que aceptó el reto y bajó al barro. Se convirtió el duelo en un campo de batalla en el que cada canasta costaba un mundo. Intercambio de golpes del que salió beneficiada la selección. El pundonor de Rudy, que superó a Epi y se colocó como el segundo internacional con más partidos, impulsó a sus compañeros. El mejor espejo para los jóvenes, que se subieron a su ejemplo para empezar a romper el choque.
Un triple de Pradilla dio inicio a un parcial que elevó a España antes del descanso. Nueve puntos, que visto lo visto, eran un tesoro (31-40, min. 20).
Juancho, cuya mejor versión todavía se espera, enmendó su errática primera mitad con un inicio colosal. Se asoció bien con su hermano Willy (otra vez el máximo anotador, casi sin inmutarse) y entre ambos ampliaron la ventaja hasta los 17 puntos. Un colchón que silenció a la grada y que fue el principio del fin para los georgianos. Con McFadden encarcelado por López-Aróstegui y Bitadze medio lesionado, solo Andronikashvili tenía la puntería afinada. Una vía de agua mínima en el rocoso juego de la selección. Cinco triples casi consecutivos desataron el festival rojo y solventaron la victoria antes incluso del último cuarto (47-71, min. 30).
Un infierno para la nueva España
Emilio V. EscuderoLa selección, con siete debutantes en un gran torneo, se mide hoy a Georgia en medio de un ambiente que puede afectar a los más jóvenes
Se fue Pradilla feliz hacia el banquillo tras haber anotado un triple sobre la bocina. Sonrisa amplia y felicitación de todos sus compañeros. Ha crecido tanto el pívot que asusta. No se atisba su techo y este inicio brillante en los dos primeros partidos del Eurobasket invitan al optimismo. Suyo es el futuro, pero también un presente que no le viene grande a esta selección, que superó una nueva prueba de madurez, aunque todavía le quedan retos mayores. No debe serlo el del domingo ante Bélgica, rival que no debería poner en problemas a los de Scariolo. Solo la relajación puede costarle un disgusto a la nueva España que ilusiona camino de la segunda fase.
Aun así, pensó Scariolo en el futuro y repartió los esfuerzos en el último cuarto. Minutos de descanso para sus protagonistas principales –Willy, Brown y Rudy apenas jugaron quince minutos de media– y tiempo en cancha para los menos habituales, que se cargaron de confianza antes de un duelo que le dará a España el pase a octavos si acaba con otra victoria.
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