España encalla ante Letonia y se complica el pase a cuartos

Abucheos para España en Yakarta, abarrotada la grada del Indonesia Arena de letones, única tribu de la capital asiática que le pone algo de color al Mundial. Apostó Scariolo por Alberto Díaz en el puesto de base titular, empeñado el italiano en minimizar los potentes inicios de partido de los bálticos, una intensidad que no conviene menospreciar, y si no que le pregunten a Francia.

Aceptó la propuesta bélica España, muy intensa atrás y sin miedo de meterse en la boca del lobo que era la zona letona. Llull movía muy bien al equipo y los globos a las zonas de peligro llegaban casi siempre, ventaja para los Hernangómez pese a los esfuerzos del exazulgrana Roland Smits. El único pero era la carga de faltas del combinado nacional, números peligrosos porque el partido iba a ser de los largos y dolorosos.

Bronca y tiempo muerto de Scariolo, que no estaba convencido con lo que veía. El marcador mostraba mucha igualdad, pero es verdad que Letonia parecía estar un poco más conforme con el intenso ritmo del duelo (13 faltas entre ambos conjuntos al finalizar el primer cuarto).

Los porcentajes de tiro, en todas sus facetas, eran muy pobres para los dos equipos. Había que ganarse el pan debajo del aro, donde comenzó a estar muy presente Garuba, excepcional su estado de forma en este Mundial. A los esfuerzos del pívot le puso remedio Arturs Zagars, astro de los letones que, una vez más, estaba firmando un partido de altura.

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Pese a las dificultades, supo España acabar el cuarto como se debe. Un balsámico triple de Juancho Hernangómez lanzó a la selección, que puso toda la carne en el asador para proteger el aro (muy bien Willy Hernangómez en la intimidación). Remató la faena Brizuela con un espectacular triple y, al descanso, la ventaja era de tres cuando se había llegado a ir perdiendo por siete.

Se repuso muy bien del golpe Letonia, porque salió del vestuario desbocada, con tres canastas consecutivas (dos penetraciones de Rodions Kurucs y un triple de Davis Bertans) que echaron por tierra todo el buen trabajo de España. Llamaradas igualadas por Claver y Díaz, que demostraron que el poco acierto desde la línea de tres de la primera parte solo había sido un mal trago.

Ya no había fricción, el partido se convirtió en un intercambio de canastas precioso y peliagudo pues, con las muñecas afiladas, el que no anotase tenía muchos boletos para quedarse atrás en el marcador. Una realidad que se hizo efectiva cuando Brizuela y Rudy, con dos triples estratosféricos (sobre todo el del balear, sobre la bocina), rompieron el duelo en favor de la selección.

Las acciones defensivas españolas eran de categoría. Se dejaban el físico los chicos de Scariolo (incluso Rudy tuvo que ser atendido por un golpe en la frente) y la voluntad letona se quebraba, cada vez más dócil ante la imponente presencia nacional. Con sus rivales de rodillas, España afilaba el hacha, salivando por decapitar a un nuevo rival.

Encomiable la fe de Letonia en cualquier caso, que con un nuevo gran inicio de cuarto, consiguió mantener vivo el partido. Un dos más uno de Davis Bertans encendió a sus paisanos en las gradas y, de pronto, los bálticos se arrastraron fuera de la tumba y, un muerto viviente, es muy difícil de matar.

Dos triples impresionantes de Kristers Zoriks devolvieron el partido a la casilla de salida, empate a 61 a cinco minutos del final. Estaba muy caliente el duelo, había nervios y mucha tensión, los cuartos de final de un Mundial estaban en juego. Otro triple de Bertans acabó por dinamitar el enfrentamiento, crecidísimos los letones ante una España que se estancaba en ataque en el peor momento.

Salieron los Hernangómez para intentar desatascar las tuberías, pero ni aun así. Solo un triple de Brizuela dio una pequeña oportunidad a la selección, pero Letonia, casi perfecta desde los tiros libres en los últimos segundos de duelo, selló su victoria y complica a España su pase a los cuartos de final.