El Barça de Grimau se hace adulto tras un épico partido en Atenas

Controlaron el rebote, supieron reponerse de los zarpazos de Walkup, Petrusev y Wright y, en los momentos candentes, sus estrellas aparecieron como nunca. Hernangómez estuvo genial en el poste, Laprovittola agitó la varita como nunca (forzó la prórroga con una canasta ya de culto )y Satoransky destrozó desde la larga distancia. Pero el héroe final fue Parker que, en los últimos segundos del tiempo extra, anotó dos tiros libres fundamentales antes de retirarse al vestuario. Victoria doble del Barça en Grecia. Se hizo adulto y está a solo una victoria de sacar un billete para Berlín.

Se intuía un partido largo en El Pireo, zona roja de Atenas, pues las fricción y las imprecisiones eran las notas dominantes de los primeros minutos del duelo. Ritmo bajo, miedo a los errores y con el Barça refugiándose bajo Vesely, contrastado muro el pívot checo en partidos peliagudos. Pero el Olympiacos despertó de su letargo gracias a cinco puntos consecutivos del estadounidense Alec Peters, buenas acciones replicadas en el otro bando por su paisano Jabari Parker (ambos son del estado de Illinois). Lo dicho, igualdad máxima. Y nervios, muchos nervios.

Nadie se escapaba, mutua persecución en la que eran las individualidades las que prolongaban la agonía. Petrusev era el más entonado de los griegos, superior incluso ante un defensor de la envergadura de Parker. Las canastas del serbio envalentonaron a los locales y, tras un tremendo mate de Fall, aumentaron la distancia hasta los siete puntos, la máxima del partido. Pero un gran triple de Kalinic desde la esquina, casi sin espacio y en los segundos finales de la primera parte, reenganchó al Barça a la áspera batalla.

Pese a que Grimau dio la titularidad a Ricky Rubio, era Satoransky la daga de los visitantes, excelente en el lanzamiento el checo tras una temporada muy irregular en el apartado. Se contagió su decisión y dos aciertos consecutivos, uno de Laprovittola y otro de Parker, dieron el mando del partido al Barça. Tras el parcial, el encuentro se volvió mucho más fluido, los españoles se descuidaron en defensa y los helenos contratacaron a base de triples. El bombardeo era fantástico, bien recibido por la grada ateniense. Jolgorio silenciado por Parker que, tras anotar un triple a tablero, puso a los visitantes seis arriba.

Comenzó el último acto y el arbitraje, bastante casero, permitió a los locales desatarse a la hora de proteger su aro. Y ahí apareció un grandísimo Hernangómez para evitar que hubiese un nuevo cambio de rumbo. Wright, en el otro bando, también estaba fantástico bajo el aro y se imponía por sorpresa a Vesely, mermado por las faltas. Serían los últimos minutos los que dictarían sentencia.

Pero un milagro de Petrusev en forma de triple, que aprovechó un despiste azulgrana para anotar desde más de ocho metros y con solo unas décimas para el final de posesión, puso contra las cuerdas al Barça. Parecía todo perdido el duelo y solo la fe de Abrines, capitán y autor de dos triples consecutivos, dio una última vida al Barça. Y en el abismo, el mago Laprovittola, 193 centímetros, le endosó una canasta magistral a Fall, 220, para igualar el partido. No atinó el exmadridista Williams-Goss en el último tiro y la prórroga fue inevitable.

Igual de opresivo e igualado fue el tiempo extra. Estaban exhaustos ambos bandos y era Fall el que permitía a los locales mandar gracias a sus canastas tras rebote ofensivo. Pero apareció de nuevo Satoransky con un disparo lejano para igualar el marcador a falta de 30 segundos. Y, tras su extraordinario partido, Petrusev cometió su único error en la noche. Hizo falta cuando Parker lanzaba de tres con poca probabilidad de éxito. El alero anotó dos. No hubo tiempo para la réplica. El Barça había triunfado en Atenas.