El Madrid no cede rumbo a cuartos

Acudía al rescate Doncic, de nuevo disponible para Laso en el momento más importante. A los blancos le quedaban tres finales en Europa antes de pensar en los playoffs. Choques clave para poder afrontar esos cuartos de final con el amparo del WiZink Center. En la primera de esas finales esperaba el Zalgiris, aspirante a arrebatar la cuarta plaza al Madrid y uno de los equipos que mejor baloncesto hace en el continente. Se intuye ya la mano de Jasikevicius, cuyo espíritu luchador y ofensivo se nota desde que el balón se lanza al aire. Ha pasado tan poco tiempo desde que colgó las botas que aún se remueve en la banda impotente cuando uno de sus jugadores falla. Le puede el espíritu de jugador, le falta paciencia. Aun así, ha conseguido que el Zalgiris sea un aspirante a todo , con una mezcla de talento y juventud que ayer brilló en el Palacio.

Al Madrid le costó entrar en el partido . A pesar de la importancia del choque, los blancos salieron fríos, demasiado erráticos. Tras su exhibición del martes, Campazzo no terminaba de encontrar un brazo amigo y los lanzamientos desde el perímetro rara vez besaban la red. Sufría para anotar el Madrid, que vivía tranquilo porque el Zalgiris también tardó en calentar sus muñecas (19-13, min. 10).

Le pasó algo parecido a Doncic, ovacionado en su regreso y más tenso de lo habitual. Irrumpió sin temperatura y, pese a todo, se marchó al descanso como el máximo anotador de su equipo. De hecho, una canasta suya encarrilaba el choque a tres minutos del descanso (36-31), pero el festival de Milaknis desde la línea de triples (4 de 4 en los dos primeros cuartos) fabricó un parcial demoledor para el Madrid (41-48, min. 21) . El enfado de Laso era monumental, porque sabía que había costado un mundo amasar esa ventaja y la habían desperdiciado en un suspiro. Tocaba serenar los ánimos.

Facundo Campazzo , inédito en la primera mitad por sus problemas de faltas, se puso la capa para liderar la remontada con ocho puntos consecutivos que enjugaron la distancia de un plumazo. Su inspiración contagió al resto de sus compañeros, sobre todo a Causeur y a Felipe Reyes (mñaximo anotador con 16 puntos) . El francés, con ocho puntos seguidos, acercó la victoria, pero fue el capitán el que selló el triunfo con otra exhibición de pundonor bajo los aros.

Porque el Zalgiris, que nunca dio su brazo a torcer, había vuelto a estrechar el margen con un gran Pangos (67-67, min. 36). Fue entonces cuando Reyes sumó tres canastas claves para poner al Madrid mirando a la victoria. Al empujón del capitán se sumó Doncic , cuya entrega defensiva en los minutos finales terminó por decantar el triunfo blanco. Alegría que le permite seguir en la cuarta plaza, que da ventaja de campo en cuartos, antes de visitar al Estrella Roja y recibir al Brose Bamberg .