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Previsible y reiterativo, a Simeone le faltan ideas
«Los jugadores deambulan por el campo como almas en pena, y normalmente empeoran con respecto a como llegaron»
Un Atlético pasado de moda
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Simeone, en el partido del Atlético el pasado sábado contra el Elche
Desde hace años, el juego del Atleti es como el bolero de Ravel, previsible y reiterativo. Sin orden ni concierto, desmadre total, nadie sabe cuál es su sitio, que a veces va oscilando en el transcurso del partido, como en el caso de Llorente. Se ... pierden continuamente balones en el centro del campo y no se presiona. ¿Es eso lo que se entrena? Los jugadores deambulan por el campo como almas en pena, y normalmente empeoran con respecto a como llegaron. Esperemos que Julián Álvarez no siga ese camino.
Para algunos, no hay calidad en la plantilla. ¿Son malos la mitad de los campeones del mundo con Argentina? ¿No son buenos Oblak, Hancko, Llorente, Le Normand, Cardoso, Gallagher, Barrios, Griezmann, Sorloth o Álex Baena? ¡Qué no harían Flick o Luis Enrique con ellos!
El debut en casa contra el Elche (brilló en él Germán Valera, otro canterano desechado) no pudo ser más desastroso. El equipo visitante se llevó un merecido empate, producto de su mejor planteamiento. Sus jugadores en nada superan a los del Atleti, por lo que la causa de este nuevo tropiezo solo cabe atribuirla al banquillo. Otro triste episodio y Simeone diciendo que todo es culpa de la falta de contundencia. Falta de ideas por su parte y poca ambición de quien se la tolera.
Se la tolera quienes se apropiaron indebidamente del club en 1992, por más que los tribunales fallaran (nunca mejor dicho) años más tarde a su favor y confirmaran su statu quo de accionistas mayoritarios. Miguel Ángel Gil no tiene nada que ver con su padre, y no se puede negar que con él el club ha crecido muchísimo. Hace más de veinte años declaró que quería vender sus acciones, por lo que es presumible que todas las mejoras tengan por objeto el anhelado pelotazo.
La afición anda despistada. ¿Hasta cuándo aguantará el juego insufrible de su equipo? ¿Hasta cuándo permanecerá anestesiada y engañada por entrenador y dirigentes? En cualquier caso, sigue siendo el mayor patrimonio con el que cuenta el Atleti. ¡Qué buenos vasallos si «ovieran» buenos señores! Bien está la pasión (el amor, según Savater «o es fou o es ni fú ni fá») siempre que no se desborde y llegue la sangre al río en el enfrentamiento con vecinos, compañeros de trabajo, familiares y amigos.