Valladolid 2-5 atlético de Madrid

El Atlético se repone a un bombardeo

Liga Santander

Pese al abultado resultado final, el Valladolid rozó el empate tras recibir un tempranero 0-3. Sin embargo, los de Simeone soportaron la tormenta

Griezmann volvió a brillar en el ataque rojiblanco con dos nuevas asistencias

Clasificación y resultados de la Liga Santander

El Valladolid marca en fuera de juego en la derrota ante el Atlético de Madrid por 2-5 AFP

La soga del posible descenso no apretaba demasiado al Valladolid antes de recibir anoche al Atlético de Madrid, pero el ambiente en Zorilla era de partido de vida o muerte. Con cinco puntos de ventaja sobre el primer integrante de la quema, el ... Espanyol, la afición pucelana abrazó a los suyos con un bello tifo blanco y violeta y un lleno ruidoso: porque una victoria contra el gigante rojiblanco podía generar una tranquilidad inusual en estas fechas a orillas del Pisuerga. Sin embargo, de poco sirven los cánticos, los pitidos y el abrigo de una cálida hinchada a su equipo si este juega ante un rival que, aparte de derrochar talento, pasa un momento anímico pletórico. El Atlético de Madrid obvió el atrezzo, silenció la bulla local, asestó tres rápidos golpes de Nahuel, Giménez y Morata, y, pese a sufrir sobremanera en el segundo tiempo, sumó tres puntos en el lugar donde ganó la Liga por última vez. Tras media temporada de terror, el Atleti es hoy un equipo que mira con ilusión al futuro.

Valladolid 2-5 Atlético de Madrid

Liga Santander | Jornada 32

  • Real Valladolid Masip; Luis Pérez, Joaquín Fernández, Hongla (Plano, min.88), El Yamiq, Fresneda (Escudero, min.60); Monchu, Aguado, Kike Pérez (Sánchez, min.60); Plata (León, min.73) y Larin.
  • Atlético de Madrid Grbic; Molina, Giménez, Witsel, Hermoso, Carrasco (Memphis, min.79); De Paul, Koke (Saúl, min.79), Lemar (Kondogbia, min.67); Morata (Correa, min.64) y Griezmann.
  • Goles 0-1, min.20: Molina.
  • El árbitro Mateu Lahoz (C.Valenciano). Amonestó con tarjeta amarilla a Monchu (min.9) y Kike Pérez (min.44) en el Real Valladolid; y a Hermoso (min.40) en el Atlético de Madrid.

Más temprano aún que el primer gol madrileño, casi al unísono del pitido inicial, dos de los hombres del partido ya avisaban de lo que estaba apunto de ocurrir. Un jugador tan divertido como Griezmann, quizá el futbolista más determinante del campeonato, centraba raso para Molina, que por un centímetro no encontró la meta de Masip. Era un preludio; en la siguiente que tuvo, el argentino, un cuchillo por la derecha y un dolor de cabeza para el joven Fresneda, no perdonó en el mano a mano tras recibir un preciso balón largo de Giménez a los 20 minutos de partido. El reciente campeón del mundo comenzó con dudas y sombras -y alguna estúpida expulsión- su camino en el Atlético, pero progresivamente se ha reencontrado con la versión ofensiva que mostró la temporada pasada en el Udinese, donde fue el máximo goleador desde la línea defensiva entre las cinco grandes Ligas (siete en la Serie A). De momento, ya suma dos goles y dos asistencias de rojiblanco.

Previo al 0-1, en el que no participó, Griezmann se había adueñado del ritmo del juego. Desde la segunda punta, el peligro visitante siempre pasaba por sus botas. Tiene templanza, autonomía, regate, último pase, gol... todo lo que el lacónico equipo de Simeone siempre necesitó. Asimismo, aduciendo a la lógica no siempre presente en este deporte, poco después de hacer un control zidanesco, el francés puso su impronta en el 0-2: un saque de falta directo a la cabeza de un Giménez que no suele desaprovechar regalos aéreos. La horrible salida de Masip, asiduo en el error en las últimas jornadas, se lo puso aún más fácil al uruguayo.

El reloj decía que sólo 25 minutos habían pasado, pero el encuentro parecía ya muerto. En esta reflexión apostó Morata, que de nuevo ante un pase imposible de no convertir en gol de Griezmann, empujó la pelota al fondo de la red. Sin embargo, como saben, en el Atlético de Madrid nunca hay certezas. Y en la orilla del descanso, con un Valladolid moribundo que no lograba fluir por sus fueros habituales (Kike y Aguado), Hermoso regresó a sus demonios pretéritos, dio un codazo al eléctrico Plata e hizo un penalti infantil que Mateu, esta vez sin afan protagonista, pitó.

Larin engañó a Grbic, recortó distancias e ilusionó al estadio con el empate. Incluso logró el segundo con un testarazo de Escudero a la salida de un corner botado por Monchu, pero un tardío gol en propia de Joaquín selló la victoria rojiblanca. Ya con el partido decidido, Memphis, que había sustituido a Carrasco, firmó el abultado 2-5 final.

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