La afición del Atlético vuelve al fondo sur: un reencuentro caliente en el Metropolitano

Pero también caliente previsiblemente en lo emocional porque, tras los incidentes del derbi, el castigo que más ha escocido a los hinchas colchoneros es el que ha llegado desde su propio club. La decisión de no vender entradas para los próximos cinco partidos a domicilio (Betis, Vic, PSG, Mallorca y Sparta Praga) a los 5.000 socios que tienen su asiento en la grada de animación (no solo a ultras del Frente Atlético) ha resultado una bofetada tan dolorosa como inesperada.

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Daniel Cebreiro

El club asegura que se ha visto «obligado» a tomar esta medida dada «la gravedad de la situación» y confía en que «ayudará en el proceso de erradicar este tipo de actitudes»

Una medida que tampoco se entiende entre los seguidores que se ubican en otros sectores del estadio y que ha empezado a provocar reacciones entre la familia rojiblanca, alguna drástica. Creada hace casi una década y solo superada en número de socios por la de Colmenar Viejo, la Peña Atlética L'Alacantí (casi 500 miembros) anunció el lunes su disolución a final de temporada. «Siendo ajenos a cualquier acto de violencia, los cuales condenamos, y ante la situación de indefensión en la que nos ha dejado el club, tenemos que afrontar un gran perjuicio tanto económico (viajes, hoteles ya pagados), como moral y personal», aseguraron en un comunicado; «la sanción nos parece de una gran injusticia, por ello decidimos disolver la peña».

Numerosos colectivos colchoneros han mostrado en las redes su apoyo a esta agrupación, también los violentos del Frente Atlético este martes desde su cuenta en X: «Pedimos a la @1903_Lalacanti que reconsidere su decisión si el club da marcha atrás en su tan equivocada y arbitraria decisión. Os necesitamos para combatir juntos desde la trinchera por el Club Atlético de Madrid».

El domingo ante el Leganés no hubo ni rastro del Frente en el Metropolitano ni de los demás ocupantes de esa zona, pero en sectores atléticos existe el temor a que los radicales puedan comenzar esta noche una nueva guerra contra el palco. Un pulso como el que se prolongó durante siete años entre toda la masa rojiblanca para recuperar el viejo escudo del club y que provocó situaciones tensas e incómodas divisiones en las gradas.

De hecho este miércoles el grupo ha hecho público un comunicado «en solidaridad con todos los socios, peñas y colectivos discriminados», en el que confirman que no animarán al equipo «para poder reflexionar detenidamente y tener tiempo para pulsar a esas peñas, colectivos y aficionados que buscan como nosotros una unión inquebrantable».

«No buscamos ningún enfrentamiento y esperamos que el equipo se pueda sentir arropado con la animación y apoyo que puedan proporcionarle los aficionados del resto del estadio. Nuestra actitud durante el encuentro de hoy simplemente será pasiva (...)», agrega.

Un enfrentamiento que también amenaza con salpicar a la plantilla y al propio Simeone, acusados por los miembros de la grada de animación de dejarles solos y no haberse posicionado en contra de la sanción del club contra toda la zona a discreción, en vez de castigar únicamente a los culpables. José María Giménez, uno de los capitanes del Atlético, se refirió ayer al reencuentro con el fondo sur: «Significa mucho que estén todos con nosotros y tener el apoyo de todo el público, los necesitamos a todos metidos en el partido», aseguró el central en la rueda de prensa previa al encuentro ante el Lille.