Nadie se acercó al toreo de Diego Ventura en la corrida ecuestre de Palencia
Léa Vicens sale a hombros en una tarde en la que los amantes del toreo a caballo seguían hablando del jinete de La Puebla
Perera y Ginés se suman a la fiesta de El Fandi con Limpito
Léa Vicens cortó dos orejas al quinto toro y salió a hombros
A caballo la tarde. Y a caballo paseaban los sueños del tendido. Sueños que trasladaban al día anterior, a la maestría en la doma torera de Diego Ventura. Y entonces nos acordamos de su faena a Débil, el buen toro de Guiomar, distraído y ... a lo suyo de salida, pero al que el jinete de La Puebla calentó con los rejones de castigo. Cerrábamos los ojos y veíamos de nuevo a Nómada y ese modo de coserlo a la cola a dos pistas hasta meterse por dentro en un ejercicio de perfecta geometría. Citó luego al pitón contrario y coronó un par en lo alto para seguir a este y oeste cabalgando a dos pistas. Toreando de verdad. Por trincherillas ecuestres. El piaffe gustó a los de escuela y doma, pero más aún esa doble pirueta en la cara. De máximo ajuste. Porque Ventura es lo más parecido que hay con el toreo a pie de un torero a caballo. ¿Qué digo? Ya quisieran muchos tener su corazón y el de su cuadra. Ojo a Nivaldo, una pintura palomina. Cada escena, cada parada, era un cuadro de museo. El broche llegó con Guadiana, hecho un arco en el trébol de rosas. Pero pinchó y el euromillón de las orejas se quedó en saludos.
Si aquel toro de Guiomar fue bueno y colaborador, más sosaína era el cuarto, con el que Diego puso todo. Tres quiebros como tres soles sobre Lío a Lorenzo. El alboroto estaba servido ya antes de que saliera Quizás, que se arrodillaba frente al escarbador toro, lo desafiaba y toreaba a placer. Soberbio, mandón, metiéndose al de Guiomar en el estribo mientras hacía un arco. Suya sería la oreja con ese cuarto antes del recital de embestidas de Finito, el toro de Zacarías Moreno al que indultó Fernando Adrián.
Pero todo eso fue ayer. Y de eso se hablaba largo y tendido en el de ídem. Como por la mañana en la peña taurina palentina se habló de la falta de sensibilidad y de respeto por no guardar un minuto de silencio en memoria de don José Antonio Chopera. A toro pasado, se subsanó este sábado, con esos sesenta segundos callados por el empresario donostiarra antes de que sonara el himno de la ciudad. Que era San Antolín, y la gente acudió en un gran número para ver el festejo de rejones.
Abrió plaza Bonito, con el que Ribeiro Telles demostró su clásica veteranía con ese modo de torear a mano izquierda y citar al pitón contrario con un tordo rodado con el hierro de Bohórquez. Con uno en fase blanca gustó en dos reunidos quiebros. Las rosas y el teléfono pusieron el broche antes de matarlo de un rejón contrario. Dio una vuelta al ruedo tras una mínima petición, que el público andaba contagiado del frío viento que soplaba en los Campos Góticos.
Léa Vicens pidió el cambio tras un rejón de castigo a Romano y encelarlo a la cola. Mejor a lomos de Diluvio el toreo a dos pistas que las banderillas. Lo más rotundo, fenomenal entonces, fue en terrenos de médicos y empresa, dejándoselo llegar mucho. Las rosas y las elevadas de cara a la galería encendieron las palmas. Se lo preparó el auxiliar para la hora final y lo cazó de un rejón trasero. Pero no tuvo muerte y tuvo que descabellar, lo que evaporó el premio.
Muchos pies sacó Trovoada, con más de seiscientos kilos según la báscula. Esperó Guillermo a que diera varias vueltas antes de ir a por él y dejarle un rejón de castigo. Subió el tono de la tarde en la buena manera de meterse por dentro a lomos de Berlín cuando toreaba a dos pistas. Un apunte de hermosinas gustó al personal. Animoso, puso el remate con Esencial y unas rosas con el toro ya aculado. Tras el fallo con una de las flores, se creció y puso un par a dos manos. El desatino final enfrió la cosa.
Feria de Palencia
- Coso de los Campos Góticos. Sábado, 2 de septiembre de 2023. Cuarta corrida de la Feria de San Antolín. Dos tercios de entrada. Toros de David Ribeiro Telles, colaboradores en distinto grado.
- Joao Ribeiro Telles, rejón contrario y trasero (ligerísima petición y vuelta al ruedo). En el cuarto, dos pinchazos y rejón (saludos).
- Léa Vicens, rejón muy trasero y tres descabellos (saludos). En el quinto, rejón contrario (dos orejas).
- Guillermo Hermoso de Mendoza, pinchazo, otro hondo, pinchazo y rejón trasero y contrario (silencio). En el sexto, cinco pinchazos y descabello (saludos).
Asolerado el toreo de salida de Telles al cuarto, Confusao. Destacó en las banderillas a lomos de un castaño en morcillo, con el que hubo el mayor ceñimiento de la tarde en dos quiebros. Y cómo lo sintió el público, que aplaudió entonces a rabiar. Fue la actuación más meritoria de lo que iba de corrida, con un colaborador conjunto de David Ribeiro. Se adornó con las rosas, pero el desacierto final le privó del posible premio.
Brotó el temple de Bético con el quinto, un toro largo como un tren que echó la cara arriba de salida, pero que luego se dejó con nobleza. Cuarteó en banderillas mientras salía de la cara con piruetas. Alegró más la faena con el paso español sobre Greco para poner las cortas. A la media vuelta colocó el rejón, tan fulminante que cayeron las dos orejas para Vicens. Que era San Antolín y Palencia era una fiesta.
Rebrincado embistió el sexto en los primeros compases. Con el guapo Malbec citó Hermoso de Mendoza al pitón contrario en banderillas y se despidió con piruetas. Metió espuela a Esencial en los pares a dos manos, arrancados a la media vuelta, cómo no. Pinchó y pinchó.
Al caer la tarde, pese a la puerta grande la amazona francesa, crecía el recuerdo de la faena de Diego Ventura veinticuatro horas antes. Porque entonces fue cuando surgió el verdadero toreo a caballo. Ni nadie lo igualó ni se le acercó... Aunque algunos lo quieran lejos.