El paseíllo más esperado: tres Cordobeses en el ruedo
Manuel Díaz quiere cumplir el sueño de torear con su padre, Manuel Benítez, en un cartel especial que completaría su hermano Julio
José María Garzón es el empresario elegido
Madrid
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Iniciar sesiónSu fe siempre estuvo en el padre que no se reconocía públicamente como tal. Una foto de Manuel Benítez presidía la capilla de Manuel Díaz. El otro Cordobés con el que ahora se abraza Benítez, un fenómeno sin parangón en el mundo del toro, ... la figura más popular, el torero por el que la gente empeñaba el colchón para verlo torear, el de la sentencia irrepetible de «O te compro una casa o llevarás luto por mí» (Dominique Lapierre).
Ahora las teles hablan y no paran del abrazo entre el V Califa y su hijo. El abrazo de la emoción, lleno de sensaciones, pero no sensacionalista. El abrazo que cada uno a su modo esperaba desde hace mucho tiempo. Como desde hace mucho Díaz (Arganda del Rey, 1965) soñaba en torear con Benítez (Palma del Río, 1936). No pudo ser su padrino de alternativa, que tomó en 1993 en Sevilla de manos de Curro Romero y en presencia de Espartaco. Tres décadas antes se había doctorado El Cordobés I apadrinado por Antonio Bienvenida y con Montilla de testigo en Córdoba.
¿Y si a los sesenta años de alternativa del padre y a los treinta del hijo coincidieran en un cartel? Nada es imposible con el Huracán Benítez, el Terremoto Manuel. Ni siquiera en el umbral de los 87 años, que en su caso son primaveras, con un estado físico envidiable.
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Nada gustaría más a Manuel Díaz que hacer el paseíllo junto a su padre en una plaza de toros, que podría llevar la firma empresarial de José María Garzón, con el que ya han mantenido alguna conversación. Para completar la terna, claro, Julio Benítez. Tres Cordobeses en el redondel para completar el ciclo de una historia de muchos sinsabores pero con 'the end' feliz. Manuel Benítez, El Cordobés irrepetible, tendrá la última palabra. Si tira para delante, el repaso a los hijos puede ser épico. «Os mojo la oreja o lleváis luto por mí...»
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