Suscríbete a
ABC Cultural

Feria de Almería

David de Miranda: cuando un torero lo ve y, además, quieren verlo

Firme y meritorio con un manso, el sustituto de Morante sale a hombros; toreo al ralentí de Fortes, con lo más caro, y aroma de torería de Ortega en su primera faena

Juan Ortega: «Se torea por miedo, ahora lo entiendo»

David de Miranda, estoico en un quite por saltilleras Arjona
Rosario Pérez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

CuandoCuando apareció el primer toro, más de un profesional se preguntaba si ese era el toro del Vellosino que había elegido Morante para sustituir a los del Parralejo, una jugada que de hacerla cualquier otro hubiese puesto el grito en el cielo. Tartana clamaba ... por el título del más feo del cercado, pero cuando Fortes se quedó a solas con él se entendió que se habría escogido por notas. Para que luego digan que solo los guapos embisten... Con una cadencia exquisita lo embarcó el malagueño a la verónica, ganando terreno hasta los medios. De haber tenido un tranco más, hubiese sido un gran toro. Aun así, con esa obediencia y ese querer descolgar, resultó idóneo para que el torero lo gozara. Al ralentí su armónica faena, sin un aspaviento, con aplomo y llevando la embestida por algodonales. Torera y bien planteada, con aquellos modales para conducirlo hasta el platillo, donde recogió la cosecha zurda en unos naturales de vuelos al hocico al son de oles cabales. Asomó la espada y necesitó el uso del verduguillo. Y el premio se redujo a saludos.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia