Jesús Moreno: «Chicharro me taponó la cornada y me salvó la vida»
El novillero habla con ABC sobre su grave percance en Las Ventas: «Vi una fuente, un chorro de sangre enorme; cogí del cuello a un banderillero y le dije: 'Santi, llévame para dentro que la llevo'».
Las Ventas: de la grave cornada de Jesús Moreno a la Puerta Grande de Alejandro Chicharro
Jesús Moreno, en el hospital, recibió la visita de Alejandro Chicharro
Todo el mundo se quedó helado cuando Jesús Moreno intentó levantarse tras ser cogido en la porta gayola. Le salía sangre del muslo izquierdo a caño. Las caras de los banderilleros no presagiaban buenas noticias, parecía seguro que le había partido la femoral o ... algún vaso importante. Sin embargo, a medida que avanzaba la tarde, se iban calmando los ánimos. Hasta que salió el parte: llevaba el muslo abierto, con una cornada de 50 cm (30 cm que llegaba al hueco poplíteo y 20 cm alcanzando el fémur). Con todo, tuvo suerte, porque al chocar el pitón con el hueso, no continuó hasta llegar a la arteria, como explicó a ABC el doctor García Padrós, que esta mañana hizo seguimiento de la evolución de la herida. Han pasado pocas horas, pero «todo está saliendo según lo previsto. El drenaje ha funcionado bien», cuenta el cirujano de Las Ventas, «pero ha pasado la noche bastante dolorido, aunque no ha tenido fiebre. Hay que esperar».
Desde la Clínica de la Fraternidad Muprespa nos atiende Jesús Moreno. Con voz amable, y bajo los efectos de los calmantes, relata cómo vivió esos momentos, que fueron muy rápidos: «Me acuerdo de cuando me voy a porta gayola y sale el toro haciéndome como zigzags por delante. Intento pegarle la larga, pero se me frena justo delante y se me viene para mí. Siento que me mete la cornada en la parte de detrás del muslo, me lanza para adelante, y ya fue todo muy, muy rápido. Estaba intentando levantarme y no podía, y justo cuando me estiro veo como una fuente, saliendo un chorro de sangre enorme, y recuerdo que cogí del cuello a un banderillero, y le dije: 'Santi, llévame para dentro que la llevo'. A partir de ahí, ya me acuerdo de muy poquitas cosas más».
Su apoderado y unos familiares le estaban haciendo compañía: «Me han subido el ánimo, porque estaba bastante hecho polvo. He pasado la noche con dolor porque estaba en la misma posición y no podía moverme en la cama. Era más incómodo que otra cosa, porque me pillaba la cornada contra el colchón». Con buen ánimo termina diciendo que «por lo demás, va bien la cosa». Lo que tiene muy claro, ya, es su objetivo: el 18 de mayo. Está anunciado en Valdilecha, en la semifinal del Circuito de Novilladas de Madrid: «Ahora mismo, mi mente sólo es capaz de pensar en eso, intentar llegar, intentar ponerme bien y poder vestirme ese día».
Ayer en Las Ventas se vivió la cara y la cruz de la Fiesta: mientras Moreno pasaba por esto, Alejandro Chicharro salía por la puerta grande. Esta mañana, antes de torear en Las Matas, ha ido el novillero madrileño a visitar a su compañero, como ha publicado Carmelo López en X. «Él fue el que me taponó la herida de camino a la enfermería», nos cuenta Jesús. «Le he dado la enhorabuena y las gracias, sobre todo por taponar la herida y salvarme la vida. Y la enhorabuena por su tarde, por haberse sabido sobreponer, cuando ves que llevas sangre en tus manos de tu compañero, y decides echar para adelante la tarde, y jugarte la vida sin trampa ni cartón, como creo que hizo ayer. Para mí tiene un mérito enorme». Qué ejemplo de compañerismo y valores el de estos dos chavales. Pero, la verdad es que de chavales sólo tienen el aspecto, porque en realidad son hombres, en el más completo sentido del término.
El parte médico era el siguiente: «Herida por asta de toro en tercio superior cara posterior del muslo izquierdo, de dos trayectorias, una descendente de 30 cm. que alcanza hueco poplíteo y otra hacia la cara anterior de 20 cm. que contusiona nervio ciático y alcanza fémur. Es intervenido quirúrgicamente bajo anestesia general en la enfermería de la plaza de toros, siendo trasladado posteriormente a la Clínica de la Fraternidad Muprespa. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia».