Las estocadas de Jesús Moreno salvan una plúmbea novillada en Las Ventas

Eduardo Neyra recibe al primero por verónicas, aparentando el novillo tener movilidad. Sin embargo, y como les ocurrió a los siguientes, todo era un espejismo. Brindó el toro de su presentación al público, y comenzó doblándose con el animal. El hidrocálido entendió desde el principio al novillo, dándole la distancia que pedía, pero el de López Gibaja echó la persiana muy pronto, e iba ala defensiva. Voluntad no le faltó al novillero, al que le sonó un aviso antes de entrar a matar.

El cuarto de la tarde se lesionó la mano derecha en el primer tercio. Salió el sobrero del Cotillo, que provocó la esperanza entre los asistentes de ver un animal con fuerzas, movilidad y duración. Pero tampoco pudo ser. Empezó Neyra la faena en los medios de novillas, donde el novillo le prendió por el chaleco sin consecuencias. Desde luego, los toreros mejicanos tienen valor. Pero casi ni pudo mostrarlo Eduardo con un novillo rebrincado, sin clase y que no decía nada. Finalizó la faena por ajustadas manoletinas, y fue silenciado tras una estocada entera.

Noticia Relacionada

El toreo sin premio de Álvaro Burdiel convence en Madrid

David Jaramillo

El baile de corrales dejó la novillada de Fernay en un remiendo de hasta tres hierros que permitieron a los tres novilleros mostrar sus virtudes

El segundo de la tarde se quedaba corto en el capote de Diego García por el pitón izquierdo. Quitó por chicuelinas de Jesús Moreno, y casi se lo lleva por delante el de López Gibaja al quedársele debajo por el derecho. Buen tercio de banderillas, mientras que el de varas prácticamente no existió. Empezó por bajo el madrileño, y el novillo se acabó en la segunda tanda. Mostró buen oficio García, pero entre el viento, y la poca fuerza del animal hicieron que el lucimiento fuera nulo. Tampoco ayudó el viento, porque el novillo le desarmó, y a partir de ahí ya era imposible. Con la espada, pinchó en varias ocasiones.

El quinto era un novillo noble, pero sin fuerza ni empuje. García, que se despedía de novillero, ya que tomará la alternativa el 3 de septiembre en San Sebastián de los Reyes, compartiendo cartel con José María Manzanares de padrino y Roca Rey de testigo, volvió a mostrar buenas maneras, pero sin mucho material como oponente. De nuevo, el reiterado uso de la espada hizo que su labor quedara silenciada.

Con un farol en toriles a modo de porta gayola recibió Jesús Moreno el novillo de su presentación en Madrid. De nuevo, como ocurrió toda la tarde, el tercio de varas fue prácticamente inexistente, cosa entendible por la evidente falta de fuerzas de los novillos. Este tercero siguió la línea. Buena lidia a cargo de Adalid los dos primeros tercios. Brindó Moreno al alcalde de Navas del Rey. El novillo estaba completamente parado desde el principio, y poco más que mostrar buenas maneras pudo hacer el albaceteño Tampoco ayudó el viento, porque el novillo le desarmó, tras una tanda por la diestra destacable, y el novillo ya no quiso saber nada más de la faena. Mató con una estocada en el hoyo de las agujas, por la que le pidieron la oreja, aunque el presidente no la concedió.

Volvió a chiqueros en el sexto Jesús Moreno. Tras empujar en el caballo (el único de la tarde que lo hizo y no salió suelto), parecía que iba a ser otra cosa este novillo. Sin embargo, ahí se debió quedar, como les pasa a algunos animales que se rompen en el caballo. En banderillas estaba ya pegado al suelo, y así siguió en la faena. Brindó el novillero a Sergio Serrano, y puso ganas, pero con un toro tan tardo poco se puede hacer. Aguantó parones, y un pisotón, pero era imposible. Metió bien la mano con la espada de nuevo, siendo sus dos estocadas lo más destacado de la tarde. Esta vez no hubo petición, pero dio una justa vuelta al ruedo.